La Audiencia de Barcelona ha archivado la causa por las lesiones oculares que sufrió una joven por un proyectil de foam en una protesta en apoyo al rapero Pablo Hasél, el 16 de febrero de 2021 en la Vía Augusta de Barcelona. Según el tribunal de sección 21, los agentes que dispararon "siguieron los protocolos" y la chica pudo recibir el impacto al agacharse para coger botellas y tirarlas a los agentes.
En el auto, los magistrados rechazan el recurso de la víctima y de la asociación proderechos humanos Iridia y, siguiendo el criterio de la Fiscalía, la Generalitat y la defensa de los tres mossos investigados -dos escopeteros y el sargento que les ordenó disparar-, confirman el archivo de la causa. Sobreseimiento que ya se acordó en mayo por el titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona y que se ratifica con esta decisión.
Un impacto accidental
La Audiencia concluye, a partir de todos los informes que obran en la causa, que la actuación de los agentes que dispararon los proyectiles "se adecuó" a las exigencias que regula el protocolo policial -que impide disparar apuntando más arriba de la cintura-. Del mismo modo, no se ha hallado ningún indicio de que actuaran por "acción u omisión consciente" para provocar lesiones a la chica.
Por el contrario, la Audiencia remarca que, pese a que la chica aseguró que no estaba haciendo nada antes de recibir el impacto, "omitió" que, como se ve en algunos vídeos, que llevaba una botella de vidrio en la mano como las que fueron arrojadas a los Mossos y que realizó lanzamientos hacia los agentes.
"Cabe la posibilidad de que al agacharse para aprovisionarse de las botellas para lanzarlas en dirección al cordón policial (así ha sido captada en distintas de las imágenes que obran en la causa por personas absolutamente imparciales) y en los escasos segundos desde que se dispara el proyectil, de forma absolutamente accidental, le impactara uno de los proyectiles con los que los operadores apuntaban al abdomen o a las piernas de los manifestantes que efectuaban actos violentos", apunta la sala.
Los agentes siguieron el protocolo
La Audiencia precisa que no pretende buscar una valoración "que justifique una conducta ilícita en la que hubieran incurrido los agentes para eximirlos de su responsabilidad penal", sino que plantea una "hipótesis alternativa razonable para entender cómo pudo llegar a producirse un hecho cierto (la lesión), ante la ausencia absoluta de indicios de que los agentes actuaran con omisión de las más elementales normas de cuidado".
En este sentido, el tribunal insiste en que no existe en la causa ninguna declaración, imagen, video ni informe "del que se infiera un acto voluntario a actuar imprudentemente generador de la lesión que se atribuye a los investigados".
Según la Audiencia, la actuación de los escopeteros investigados estuvo "debidamente autorizada, se llevó a cabo con estricta observancia de los protocolos vigentes y con la debida diligencia, atendidas las circunstancias más que adversas en las que se encontraban".
El objetivo era dispersar a los violentos
En su auto, el tribunal considera que la lesión se produjo a consecuencia del impacto de un proyectil de foam, "sin que ello conduzca necesariamente a presuponer el incumplimiento del protocolo", ya que no existen indicios que apunten en esta línea.
Según la Audiencia, a consecuencia de la "gravedad" de los ataques que estaban sufriendo los Mossos, el jefe del dispositivo autorizó el uso de proyectiles de foam "de manera selectiva" para garantizar la integridad de los agentes y dispersar a los manifestantes violentos, y para repeler el "lanzamiento masivo de objetos contundentes", por lo que seleccionaron a los "individuos que realizaban acciones violentas contra los agentes".