En verano, Sitges se convierte en una de las destinaciones más visitadas de la costa catalana y, como mínimo, triplica los 32.086 habitantes que residen habitualmente en el municipio de la comarca del Garraf. Esta semana, el protagonismo ha recaído en la conocida zona de ocio de la calle del Pecado. Una acción promocional de una bebida alcohólica ha generado un enorme revuelo en las redes sociales, espacio dónde algunos ciudadanos han expresado su malestar por la asociación de Sitges al turismo de borrachera.

Concretamente, en un vídeo publicado, el jueves por la noche, se observa como una persona con un cabeçut (figura popular y con un fuerte arraigo en el pueblo) reparte alcohol a un grupo de personas que se arrodillan a sus pies. No es una situación nueva en el pueblo, pues desde la salida de la pandemia, no es extraño ver multitud de despedidas de soltero por las calles más emblemáticas.

En paralelo, la Policía Local y los Mossos d’Esquadra han iniciado un operativo para prevenir los robos con violencia de relojes de alta gama. Durante esta acción se va a incrementar el patrullaje y la participación de unidades policiales y agentes de paisano. En Sitges y el Garraf, bajo el criterio policial, hay una baja incidencia de estos robos, pero generan un impacto muy visible porqué la mayoría de las víctimas son turistas.

El modus operandi es muy similar en todos los casos: un grupo de 3 o 4 personas se pasean por las inmediaciones de zonas hoteleras y de restauración en busca de una víctima y después actúan en solitario, aunque de forma coordinada, aprovechando un momento de poca afluencia para asegurarse de que la víctima no pueda ser auxiliada.

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