Dos internos del centro de justicia juvenil L'Alzina, a las afueras de Palau-solità i Plegamans (Barcelona), agredieron a un educador social el pasado 25 de junio, por lo que el trabajador requirió de atención médica urgente.
Es el segundo episodio de este tipo en un mes y medio en esta cárcel de menores, un centro que alberga a jóvenes a partir de 14 años que cumplen condena por delitos por los que acabarían en prisión si fuesen mayores de edad. De hecho, algunos de ellos terminan de cumplir las penas en el presidio, una vez alcanzados los 18 años.
Dos vasos de orina
Si bien la agresión anterior se trató del ataque de un chico con una barra de hierro contra tres trabajadores, en esta ocasión los dos agresores implicados --uno de ellos, mayor de edad-- arrojaron dos vasos llenos de orina a la cara de un educador que los había sancionado en el pasado mientras proferían insultos contra él y su familia. Como marca el protocolo, iba acompañado de un vigilante de seguridad en el momento de los hechos.
A raíz del suceso, el educador tuvo que recibir atención médica urgente "por una grave conjuntivitis y ante la posibilidad de que pudiese haber contraído una infección de transmisión sexual", que requiere de un tratamiento intensivo con retrovirales, según ha informado este martes el sindicato IAC-CATAC en un comunicado y han confirmado fuentes del Departamento de Justicia.
Denuncia penal
L'Alzina, por su parte, se puso de inmediato a disposición del trabajador, que estuvo de baja y se reincorporó a otro puesto de trabajo tras haber superado un proceso selectivo. También le ofreció apoyo tanto psicológico como jurídico.
En lo que respecta a los internos, además de abrirles un expediente disciplinario, ha tramitado sendas denuncias: una penal ante un juzgado de instrucción (para el mayor de edad) y otra ante la fiscalía de menores.
De referente a sector precarizado
Gestos necesarios, pero a todas luces insuficientes para el sindicato, que exige a Justicia que analice "por qué hace 10 años Cataluña era un referente europeo de buen funcionamiento de este servicio público, con una plantilla estable y con mucha experiencia en la reinserción de menores", mientras ahora se ha producido una "huida masiva" de los equipos educativos, que han optado por sectores menos precarizados y que han sido sustituidos por personal interino sin formación adecuada.
"Somos un colectivo invisible y abandonado, sin el reconocimiento ni el apoyo que merecemos", lamentan el sindicato en un comunicado, en el que añade, textualmente, que no continuará tolerando esta situación con resignación y que exige soluciones inmediatas que permitan a los trabajadores de los centros de justicia juvenil desarrollar su trabajo con seguridad y dignidad.