Los Mossos d’Esquadra han localizado la AK-47 con la que se perpetró el doble crimen de Girona el pasado domingo por la noche, en plena verbena de San Juan.
El presunto autor de los disparos, Guillermo C. H., que continúa huido, abandonó este fusil de asalto soviético, considerado un arma de guerra, y los agentes de la policía catalana lo han recuperado esta mañana, según ha explicado el conseller de Interior Joan Ignasi Elena y han confirmado fuentes policiales a Crónica Global. No obstante, las voces consultadas no han podido especificar el lugar del hallazgo, pues sobre le caso pesa el secreto de las actuaciones.
Dos muertos y dos heridos
Los hechos se remontan al domingo, cuando los dos clanes se enzarzaron en una fuerte discusión en el barrio de Font de la Pólvora de Girona. El motivo de esta disputa fue el desencuentro entre dos niñas por un teléfono móvil.
La tensión entre las dos familias, que están emparentadas, fue en aumento hasta que el sospechoso, Guillermo C. H., un conocido traficante de armas que acababa de salir de prisión, acribilló a tiros a Juan, el líder del clan de Los Tomates, de 48 años, y a la cuñada de este, de 44, que fallecieron en el acto. El primero murió por un impacto de bala; la segunda, atropellada. También resultaron heridos de gravedad -continúan hospitalizados- los hijos del fallecido: un adolescente de 14 años y una joven de 20.
Los Tomates buscan venganza
Tras estos hechos, decenas de miembros de los clanes implicados en el tiroteo se trasladaron hasta el Hospital Josep Trueta de Girona, donde efectivos del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) custodiaban a los heridos. Allí se enfrentaron con los agentes, que tuvieron que cargar para impedir que accedieran en tropel a las urgencias hospitalarias.
Pájaros en la calle Acacia del barrio Font de la Pólvora, en la que residía el presunto autor del tiroteo de Girona
El lunes, los miembros del clan de Los Tomates destrozaron la casa del principal sospechoso y quemaron los vehículos pertenecientes a este y a sus familiares. La vivienda, ubicada en los bajos del número 9 de la calle Acacia, fue saqueada por completo y varias de las motocicletas de la familia ardieron en plena vía pública.