Dos de los participantes en los disturbios de las fiestas de La Mercè de Barcelona de 2021, que se saldaron con 50 heridos y 83 detenidos, se enfrentan ahora a seis años y medio de cárcel.
El martes arranca en la Sección 9 de la Audiencia Provincial de Barcelona el juicio contra estos dos procesados, presentes en los graves altercados y actos vandálicos sucedidos en la Capital Catalana.
El macrobotellón en reyertas
Los hechos por los que serán juzgados se remontan a la madrugada del 25 de septiembre de 2021 en plaza España y la avenida María Cristina.
En esa zona se produjeron reyertas, lesiones por armas blancas y destrozo del mobiliario urbano. Esa sola noche, en la que 20.000 jóvenes se concentraron en un macrobotellón pese a las estrictas restricciones por el Covid-19, se saldó con 43 heridos -13 de ellos por arma blanca- y tres de ellos de gravedad.
Ataque a la Fira de Barcelona
Al contrario que la noche anterior, que concentró a 15.000 personas y fue tranquila, la madrugada acabó con graves altercados y actos vandálicos, entre los que destacan un asalto al Palacio de Congresos de la Fira de Barcelona, que sufrió numerosos daños, como la rotura de vidrios. Los desperfectos en este edificio fueron cuantificados en 242.387 euros. No fue el único, los asistentes también se cebaron con dos comisarías y saquearon comercios familiares y restaurantes.
Además, los asistentes atacaron a las dotaciones de Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana de Barcelona que velaban por la seguridad y el orden público, llegando a incendiar los vehículos y a arrojar objetos contundentes de forma masiva contra el cordón policial.
También intentaron asaltar las dependencias de ambos cuerpos policiales e incendiaron “de forma indiscriminada” las motos y contenedores que había en las inmediaciones, poniendo en riesgo tanto a los ciudadanos que allí se encontraban como a los agentes que se hallaban en el interior.
Se enfrentan a seis años y medio de prisión
Esa madrugada los dos procesados se encontraban en el mencionado lugar participando, junto a otros jóvenes, sostiene la fiscalía, en el macrobotellón que acabó fuera de control.
Sobre las seis y media de la mañana ambos lanzaron botellas y piedras contra los vehículos policiales e introdujeron papeles ardiendo en un contenedor de basura, momento en el que fueron interceptados por agentes de los Mossos d’Esquadra, que procedieron a su detención. El sindicato policial CSIF llegó a calificar estos actos como “terrorismo urbano”.
La fiscalía solicita para cada uno de ellos dos años y medio de prisión por un delito de desórdenes públicos, tres años y un mes por un delito de atentado y un año por delitos de daños a los bienes de uso público. Además, pide que pasen una pena de cinco meses de prisión a razón de 10 euros diarios por los daños causados.