Cataluña está remontando lentamente un episodio de sequía muy largo y extremo. En prácticamente toda la comunidad hay escenarios de alerta y excepcionalidad.
Hasta hace poco, muchas de las zonas que ahora se sitúan en el semáforo naranja estaban en escenario de emergencia, con unas restricciones mucho más severas que las actuales.
No obstante, toda regla que se precie tiene alguna excepción que la confirma. En el caso de Cataluña y la sequía, hay dos: una en Girona y la otra en Tarragona. Un total de 14 municipios cuentan con "privilegios" como el de no tener un límite de gasto diario de agua por persona, poder regar zonas verdes y parques, o poder tener decoraciones urbanas en funcionamiento.
Esta zona de Girona no tiene limitaciones
El escenario de normalidad absoluta, de acuerdo con los indicadores de la Generalitat, es el de color azul.
Aunque en la provincia hay zonas en fase de Emergencia II, como la que bebe del embalse Darnius-Boadella, la tónica general está marcada por los escenarios de alerta y excepcionalidad (colores amarillo y naranja, respectivamente).
No obstante, el semáforo azul se ubica en la zona del pantano de Banyoles. Cinco de los municipios del Pla de l'Estany viven sin restricciones: Mara, Camós, Fontcoberta, Cornellà del Terri y Banyoles.
Tal es escenario de normalidad que incluso el funcionamiento de las fuentes ornamentales está permitido.
Otro caso de normalidad plena en Tarragona
El segundo semáforo azul de la sequía se encuentra en el Acuífero Policuaternario de Tarragona.
De esta reserva de agua beben los siguientes municipios: Vila-rodona, Montferri, Bràfim, Aliò, el Milà, la Masó, la Secuita y Renau.
De igual modo que con Girona, estos municipios viven en un escenario de completa normalidad. El resto de la provincia combina escenarios de prealerta, excepcionalidad y uno de emergencia, que se sitúa en la zona de Riudecanyes.