Félix Martín, el fiscal en el juicio a Cristina, acusada de matar a su hija Yaiza, de cuatro años, en Sant Joan Despí (Barcelona) en mayo de 2021, ha expuesto este miércoles su escrito de conclusiones definitivas. “Sí, hay madres que asesinan a sus hijos para herir a sus parejas y exparejas y esto también es violencia vicaria. No es violencia vicaria de género ni niega la violencia machista, pero es violencia vicaria”, ha comenzado el fiscal.
En un durísimo discurso, el representante del ministerio público ha reiterado que, en tres años, la acusada no se ha arrepentido nunca de haber matado a su hija. “Lo primero que uno hace cuando se le va la cabeza es pedir perdón”, ha reiterado Martín, pero ella no lo ha hecho hasta hoy, “en el último segundo y por la insistencia de su abogada”.
Teniendo en cuenta también las declaraciones de los testigos y peritos, que coincidieron en que no mostró ningún sentimiento ni arrepentimiento más allá de su lamento por haber sobrevivido a un intento de suicidio, el fiscal sostiene que Cristina acabó con la vida de su hija de forma premeditada.
“La niña se despertó y vio lo que estaba pasando”
Lo hizo, además, en sus plenas facultades, según la pericial psicológica. El fiscal ha expuesto que el hecho de que la procesada estuviese triste, que presentara sintomatología depresiva leve, que durmiese mal o que tomase medicación de forma esporádica no significa que tuviese una depresión mayor invalidante, un brote psicótico ni que sufriese desconexiones de la realidad: “Decir eso es una frivolidad. Nadie comete un homicidio estando alegre y contento. Si esto fuese un eximente, las cárceles estarían vacías”.
En este sentido, ha calificado de “espectáculo de frivolidad” el hecho de que el perito de parte hubiese mezclado trastornos y rasgos de la personalidad para buscar una atenuante cualificada que en ningún caso procede aplicar. También ha afeado al psicólogo que durante las entrevistas no hubiese preguntado por el momento preciso en el que dio muerte a su hija, como tampoco ha hecho la defensa este miércoles durante el interrogatorio a Cristina. Así lo han hecho para que los miembros del jurado “no vean las manos de la acusada en el cuello de la niña, que se despertó y vio lo que estaba pasando”.
Más de dos meses de planificación
El fiscal ha insistido en que el momento en el que Cristina tomó la decisión, para castigar a su ex Sergio, fue cuando ella no tenía pareja y él sí. Desde que descubrió este detalle, se obsesionó con él y comenzó a planear el crimen de la niña que tenían en común para castigarlo: “Estaba acostumbrada a que Sergio girara a su alrededor y en este caso no lo consiguió. Este fue el problema”.
El fiscal niega que tomase la decisión de matar a Yaiza apenas tres días antes de los hechos, como ella aseguró, sino que se pasó más de dos meses planeando el suicidio-homicidio con su capacidad de conocimiento y discernimiento perfectamente conservada: “La señora no tenía sus facultades volitivas e intelectivas afectadas, aunque estuviese triste”.
De hecho, el fiscal ha argumento que estuvo 69 días buscando información sobre cómo matar a niños asfixiándolos mientras continuaba con su vida normal. “Los trastornos de la personalidad no son un interruptor que lo enciendo y apago a mi voluntad”.
“Tenía muy claro que mataría a su hija”
Félix Martín ha hecho referencia también en las cuatro cartas de suicidio que dejó la procesada, escritas con una caligrafía y puntuación perfecta, con distintos bolígrafos, lo que denota que fueron elaboradas en momentos distintos: “En todas da por hecho que mataría a su hija”. Tenía tan claro que acabaría con la vida de Yaiza, según el fiscal, que incluso se tomó tiempo para ir a comprar joyas para su madre, su padre y su abuela, que dejó junto a estos manuscritos.
Asimismo, ha resaltado la inquina que tenía a su ex, al que llegó a cambiar el nombre de Sergio por Subnor en su agenda telefónica. El análisis de su teléfono móvil “muestra una persona sin empatía, que cosifica a una niña de cuatro años que es su hija, muestra crueldad, metodología, frialdad y planificación”. Es, en definitiva, un viaje al lado “más oscuro del alma humana”.
"La maldad es ilimitada"
"La maldad existe, no entiende de género y es ilimitada", ha añadido a rengón seguido Mireia Gómez, la abogada de la acusación particular, que ha insistido en que la procesada es tan "narcisista" que hoy ha confesado durante su declaración que se sintió desplazada tras el nacimiento de su hija porque dejó de ser el centro de atención.
En la misma línea que el fiscal, Gómez ha echado en cara a la procesada que no pidiera disculpas a Sergio, "que llora cada día" por la muerte de su hija, y contra el que ha presentado una querella desde prisión, en su intención de seguir dañándolo. "Es vengativa", ha zanjado.