Los Mossos d'Esquadra han detenido a tres agricultores por supuestamente haber saboteado tres pozos de extracción de agua durante unas protestas en Castelló d'Empúries (Girona) el pasado 3 de abril. La policía catalana ha cifrado el valor de los daños en unos 900.000 euros y ha atribuido a los detenidos los delitos de manifestación ilícita, desórdenes públicos, daños y robo con fuerza.
Los payeses fueron detenidos el martes por la mañana en Figueres (Girona) y, tras pasar a disposición judicial, han quedad en libertad con cargos.
"Persecución"
El sindicato mayoritario en el campo catalán, Unió de Pagesos, ha calificado la actuación policial de "persecución política" a los agricultores y ha explicado que uno de los detenidos es su coordinador territorial para las comarcas de Girona, Narcís Poch, quien fue el portavoz de las protestas en esta provincia en febrero, que dejaron la imagen de los cortes en la AP-7.
Ha advertido que "no hará cambiar" su oposición al aumento de captaciones, tanto nuevas como reutilizadas, del acuífero del Fluvià la Muga, que ha dicho que se encuentra en una situación delicada y afronta un grave riesgo de salinización.
Pozos inservibles
El sabotaje de los pozos ocurrió en la zona más afectada por la sequía, que depende del embalse de Darnius-Boadella (al 18,03% de su capacidad) y permanece en estadio de Emergencia II. Según detalló en su momento el Consorci d'Aigües de la Costa Brava, uno de ellos quedó inhabilitado "para siempre", puesto que se vertieron hierros en él, mientras los otros dos quedarán inservibles, al menos, hasta después del verano.
Los pozos habían sido recientemente recuperados con motivo de la sequía, y que se esperaba que sirviesen para suministrar agua de boca a siete municipios de la Costa Brava norte.