Los árboles en las ciudades son un tema que está en la agenda. La importancia de recuperar espacios verdes para, entre otras, mitigar temperaturas extremas o contribuir a la mejora de la calidad del aire, es máxima.
No todas las plantas tienen por qué oler bien. Varias especies son conocidas por, precisamente, tener un olor muy desagradable. Uno de los mejores ejemplos es la "planta cadáver", la cual procede de la selva tropical.
Tampoco hace falta ir muy lejos para dar con una planta o un árbol que no huele bien. El Peral de Callery está ganando terreno en las calles de España y de Cataluña. Visualmente, es bonita. No obstante, no es oro todo lo que reluce.
¿Por qué el Peral de Callery se siembra tanto en España?
En los últimos años se ha llevado a cabo una plantación masiva de este árbol, el cual llegó al continente europeo en el siglo XIX, de la mano del misionario francés Joseph.-Marie Callery.
De hecho, el nombre de este árbol es el apellido de quién lo introdujo por primera vez en Europa. Incluso, su nombre científico guarda similitud: Pyrus Calleryana.
Este árbol cumple con requisitos muy importantes, que van más allá del olor. Además de ser vistoso, es grande y protege de las rachas de viento, además de que proporciuona una sobra amplia. Incluso, el propio fruto es importante: es un árbol que da flor, y no tiene espinas, por lo que es seguro para las personas más pequeñas.
El clima y los árboles de las ciudades
Hay que tener en cuenta que este tipo de árboles forman parte del ecosistema urbano. Los vemos en la calle, en ciudades. Y por lo tanto, las condiciones en las que estos van a estar son muy diferentes que las que tendrían "al ire libre".
Las especies autóctonas de la península ibérica no se adaptan bien al entorno urbano. Y aunque el Peral de Callery requiere humedad, cumple con los estándares que un árbol necesita para ser sembrado en una ciudad.
La ciudad de Barcelona es un claro ejemplo de ecosistema urbano: desde las "Superilles", hasta los paseos, la construcción está presente en una cantidad enorme de espacio. Y si nos fijamos en la presencia de este árbol en Cataluña, la ciudad de Girona es una de las que más tiene.
El "lefárbol" o por qué este árbol huele tan mal
Tal es el olor que desprende este peral, que coloquialmente se le conoce como "lefárbol", por el obvio juego de palabras. Pero, ¿por qué este árbol huele tan mal? Y más todavía: ¿no se tiene en cuenta el olor de las plantas a la hora de sembrarlas?
La respuesta a la segunda pregunta es corta: no. No es un criterio que se contemple, ya que hay otros aspectos mucho más importantes, como es la seguridad con las personas y el entorno, que deben de cumplir unos niveles aptos para la plantación.
En cuanto a la pregunta de por qué huele tan mal, aquí ya entramos en una respuesta más extensa. Algunas voces expertas atribuyen esto a dos sustancias que desprenden las flores: trimetilamina y dimetilamina. Respectivamente, estas se encuentran en el pescado en descomposición y en el amoníaco. No obstante, esto quedó desmentido por un estudio de la universidad de California que se llevó a cabo en 2021.
La pirrolina es la gran culpable
Este estudio determinó que el olor podría venir de una sustancia llamada pirrolina, la cual es "pariente" de otros compuestos muy similares que sí se encuentran en el esperma humano.
Aunque no sean la misma, nuestro sistema olfativo las percibe de la misma manera. Y lo cierto es que hay dos motivos: físico y psíquico.
A nivel físico, nuestro sentido del olfato percibe estos compuestos (llamados aminas) de la misma manera. Pero el factor psíquico enciende nuestros recuerdos. El cerebro establece una correlación al encontrarse con este detonante, que en el caso del Peral de Callery.
Por ello, al recordar este olor al del semen, directamente, lo percibimos como algo muy parecido.