Tusi, tina y tripis. Estas son sólo algunas de las drogas que un presunto grupo criminal cocinaba en un piso de Barcelona. Los miembros se sentarán el próximo lunes, 13 de mayo, en el banquillo de los acusados de la sección 7 de la Audiencia Provincial de Barcelona para intentar convencer al tribunal de su inocencia.

Uno de los indicios recuperados por los Mossos d’Esquadra, que la fiscalía recoge en su escrito de acusación, es un cuaderno con anotaciones recuperado en uno de los domicilios. Los investigadores de la policía catalana sostienen que contiene nombres, cantidades, precios y beneficios obtenidos de la venta de las sustancias. Sin embargo, la defensa intentará argumentar que las notas hacen referencia a preparaciones culinarias y datos de reparto, pues la esposa de uno de los acusados -que no está procesada- regentaba una empresa de comida a domicilio.

El líder, 'montado en el dólar'

El caso se destapó después de que la Unidad de Investigación de la Guardia Urbana de Barcelona recibiera a principios de enero de 2021 quejas de los vecinos, que detectaron un trasiego inusual en uno de los edificios. La investigación policial, que recayó sobre los Mossos d’Esquadra, permitió detectar a un presunto grupo criminal especializado en la fabricación de drogas sintéticas

Los investigadores sostienen que uno de los acusados ocupaba un lugar prominente dentro de este grupo formado por seis personas, al que atribuyen el liderazgo. También la fiscalía, que añade que dirigía la producción, comercialización y cobro de los beneficios generados por la venta de las drogas sintéticas.

El Ministerio Público se apoya en que, pese a no tener ninguna fuente de ingresos conocida, tenía tres pisos en alquiler en la capital catalana por los que pagaba 3.100 euros mensuales, además de uno en propiedad adquirido por 138.380 euros, de los cuales pagó 60.887 euros en efectivo.

Su mujer, la "guardiana"

La fiscalía le otorga a su mujer el papel de “guardiana” de uno de estos pisos, que servía como almacén tanto de las sustancias estupefacientes como del dinero obtenido de su venta.

De hecho, en el registro de esta vivienda se hallaron 260.720 euros y 3.116 dólares en efectivo, así como drogas por valor de 626.277 euros. En otro de ellos, 6.425 euros en cash y sustancias por valor de 242.975,86 euros. En el último, 714.850 euros, de los cuales 47.755 en efectivo y el resto en lingotes de oro

La estrategia de defensa

Las defensas tratarán de impugnar las escuchas que comprometen a los procesados, en las que se hacen continuas referencias a drogas y elevadas cantidades de dinero, alegando que las transacciones no se han podido probar mediante las vigilancias policiales.

Sin embargo, de las conversaciones se desprende que los procesados tomaban precauciones para evitar que la policía pudiese detectar el presunto negocio ilícito. Una muestra es una del 23 de febrero de 2021, en la que uno de los acusados pedía a otro que le trajese “20 de escama”, provocando su enfado. “Habla por Telegram, cabronazo”, le espetó. La conversación prosiguió con el primero haciendo oídos sordos: “Cambio de planes: 20 de speed y 20 de MD [MDMA]”. El líder lo reprendía de nuevo: “Usa Telegram, de verdad, que va en serio que Whatsapp ahora es una mierda. Acostúmbrate”. 

Los chats que los incriminan

En otra de esas conversaciones el presunto cabecilla de la trama pedía a otro que al día siguiente fuese a su casa a hacer tusi (conocido popularmente como cocaína rosa) con otro de los acusados. Para la receta, solicitaba “toda la sintética” que tuviese. Pocos días después, el líder recibía feedback de las presuntas drogas elaboradas en el laboratorio clandestino. “Es buena la tina”. 

En los chats intercambiados mediante apps de mensajería instantánea figuran múltiples conversaciones, hasta la detención de los sospechosos el 13 de julio de 2022, en las que se mencionan pils (éxtasis), spit (speed), tusi (2C-B), mefe (mefedrona), tina (metanfetamina). 

Más de un millón en droga

En los domicilios de los investigados los Mossos d’Esquadra recuperaron droga valorada en el mercado negro en 1.200.000 euros. Sin embargo, la defensa tratará de tumbar las pruebas alegando que el muestreo no se realizó respetando los protocolos internacionales.

Aun así, la policía catalana enumera centenares de indicios, como tuppers con la palabra “KT” escrita con rotulador, comprimidos de MDMA de diversas purezas, colores y troquelados, decenas de cuadrados de papel impregnados en LSD, envoltorios plásticos con restos de múltiples sustancias, botellas con estupefacientes...

También recuperaron herramientas como espátulas, tubos de ensayo, cepillos, morteros, bandejas, jeringuillas, botes de plástico, embudos, batidoras, balanzas, molinillos, bolsas y demás utensilios para la fabricación de las drogas sintéticas

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