Este sábado 20 de abril la prisión de Ponent (Lleida) fue escenario de un nuevo episodio violento en las prisiones catalanas. Un interno abrió un boquete de más de 40 centímetros, con la intención de colarse en el habitáculo de al lado y "matar" --textualmente-- al otro preso. Según ha podido saber Crónica Global, el reo se construyó una herramienta artesanal con una de las piezas que sujetan un radiador.
Los dos internos llevaban varias horas protagonizando una intensa discusión hasta que uno de ellos trató de acceder hasta la celda del otro con el objetivo de agredirle. Por ello, empezó a picar con el arma que se había construido de forma rudimentaria y, en pocos minutos, ya había logrado un boquete de dimensiones considerables. Sin embargo, nunca pudo llegar a la celda de su compañero, pues los funcionarios del turno de noche --advertidos por los golpes -- lo interceptaron antes de que eso sucediera.
Cuando los trabajadores llegaron a la celda en cuestión esta fue la escena que se encontraron:
A pesar de que el preso en cuestión estaba visiblemente nervioso e intentó atacarlos, ninguno de los trabajadores resultó herido y pudieron trasladarlo sin sufrir daño alguno, tan solo leves contusiones.
Quien sí que acabó malherido fue, precisamente, el interno que hizo el boquete, pues de picar la pared con fuerza se desolló una mano, dejando toda la celda manchada de gotas de sangre. Según las primeras informaciones, el reo que destrozó la pared sería un joven vinculado con los Boixos Nois --los ultras del FC Barcelona-- que discutió con otro muchacho de origen magrebí.
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