El misterio de los coches en llamas: más de 2.000 incendios espontáneos de vehículos al año en Cataluña

Desde 2019, los bomberos catalanes han acudido a llamadas por incendio de vehículos en 697 de los 947 municipios de la comunidad. El 74%. La palma se la lleva L’Hospitalet de Llobregat, con 307 coches, motos, autobuses y camiones carbonizados en estos cinco años, por delante de Tarragona (289), Sabadell (274), Terrassa (274) y Badalona (269). También por encima de las dos centenas se sitúan Lleida (206), Reus (205) y Mataró (202). Las grandes ciudades.

Barcelona, en otra liga

¿Y Barcelona? En ella, Bomberos de la Generalitat solo ha apagado cuatro vehículos en llamas en el periodo analizado, pero es que la urbe es territorio de los Bomberos de Barcelona. De este modo, tras analizar y combinar los datos, la capital catalana se sitúa al frente de este abrasador listado, con más de 600 vehículos afectados en un lustro, según las estimaciones, pues entre 2015 y 2019 –últimos datos desgranados–, antes de la pandemia, fueron 639.

Hasta ese año, entre un 5% y un 7% de los incendios en la vía pública de Barcelona correspondían a turismos, autobuses y motocicletas o, lo que es lo mismo, entre 120 y 150 transportes motorizados. Por lo tanto, con esos porcentajes en la mano, en 2023 ardieron alrededor de 170 vehículos en la metrópolis, el 6% de todos los fuegos atendidos por el cuerpo. Así, Barcelona ocupa sin duda el primer lugar del ranking, por delante de su ciudad vecina.

Las principales causas

Según la Oficina Técnica de Ingeniería Forense, las causas más comunes que provocan el incendio en el interior de un vehículo son tres –sin entrar a valorar los que pudieran ser provocados o por un descuido–: un fallo eléctrico o sobrecarga, la fuga de un líquido combustible y la fuga de combustible a presión. Y añaden que las nuevas tipologías de coches contienen elementos de riesgo como las baterías y los depósitos de gas. Además, los fuegos de este tipo aumentan en verano.

Desde Bomberos de la Generalitat añaden que los vehículos de hoy son mucho más inflamables y combustibles, pues, primero, son más grandes y, segundo, están equipados con muchos más kilos de plástico que los de antaño. Un ejemplo: el depósito antes era metálico, mientras ahora es de fibra. Sin embargo, no se ha demostrado que los eléctricos tengan más riesgo de terminar devorados por las llamas, pero son más difíciles de apagar. No en vano, en 2023 ardieron 2.108 vehículos al aire libre en Cataluña, el 11% más que en 2019.