El pasado viernes, los Mossos d’Esquadra detuvieron a un joven de 25 años en Terrassa (Barcelona) cuando transportaba 35.700 pastillas de éxtasis y 11.070 de Rivotril en bolsas de basura.
En el momento en el que los agentes le pidieron que se identificara, cuando salía de su domicilio en compañía de su pareja, el sospechoso abandonó a la chica con las bolsas repletas de pastillas e intentó escapar. Durante la breve persecución, intentó deshacerse de su teléfono móvil y de las llaves de su piso.
Esta maniobra hizo que los agentes conjeturaran sobre la idea de que en el piso podría esconder más droga, por lo que solicitaron una orden judicial para realizar una entrada y registro en su domicilio. Al día siguiente, cuando revisaron la vivienda ubicada en el barrio de Sant Pere, los agentes localizaron 28 kilos de hachís, una cantidad muy superior a la que esperaban hallar.
Benzodiacepinas y hachís
Según explica Albert, cabo de la Unidad de Investigación (UI) del Área Básica Policial (ABP) de Terrassa, el hachís y el Rivotril se consumen en ocasiones de forma conjunta. La mezcla de estas sustancias da como resultado otro estupefaciente: el Karkubi.
Así es como se conoce a esta combinación de benzodiacepinas y hachís en el norte de África, en países en los que es habitual su consumo, como Marruecos y Argelia, precisa Claudio Vidal, psicólogo y director de Energy Control.
El especialista explica que el consumo de esta droga se popularizó hace años en el país vecino, que se nutre del Rivotril, el nombre comercial del clonacepam, a través de rutas procedentes de Argelia y España, donde las benzodiacepinas se suministran bajo receta médica.
Se desconocen los efectos
En España, añade Vidal, su consumo es minoritario. Por eso, sorprende la elevada cantidad de droga decomisada en Terrassa y cuya procedencia y destino tratan ahora de esclarecer los Mossos d'Esquadra.
Sobre las consecuencias del uso de esta sustancia, la mal llamada droga de los pobres porque estigmatiza a quien la consume, todavía “se desconocen los efectos”. “Hay mucha literatura al respecto, pero los informes médicos y forenses sobre su consumo son muy escasos, de forma que se desconocen los efectos secundarios y los peligros que supone” para la salud de los consumidores. De hecho, Vidal precisa que ni siquiera ha podido acreditarse que el Karkubi tenga los efectos alucinógenos que se le atribuyen.
Un millón de euros en el mercado negro
En los últimos meses los agentes de Mossos d’Esquadran han constatado el consumo de esta sustancia en Terrassa, aunque el cabo precisa que si bien se han hecho pequeños decomisos, hasta la fecha no se recuerda una cantidad tan alta de esta sustancia, sobre todo en lo que refiere a su valor: un millón de euros en el mercado negro, sumando las 35.700 pastillas de éxtasis recuperadas.
El hallazgo de la droga, que suma en total casi 50 kilos, fue posible gracias a varias informaciones que los agentes recibieron el pasado viernes. Estos datos fueron trasladados a los policías de la Unidad de Información, que realizaron las pertinentes comprobaciones y diseñaron un dispositivo con el Grupo de Seguridad Urbana, conocidos en la jerga policial como los fura. De hecho, fueron los agentes de este grupo quienes dieron el alto al joven.
Viejo conocido de la policía
El sospechoso, de 25 años, es un viejo conocido de la policía catalana. El año pasado ya fue detenido en Barcelona por otro delito de narcotráfico y acumula otros arrestos por receptación. Sin embargo, nunca se le había encontrado una cantidad tan elevada de droga.
De hecho, el cabo señala que, aunque la comisaría de Terrassa lleva muchos años persiguiendo el tráfico de drogas, este dispositivo destaca no sólo por la elevada cantidad de droga, sino por el valor. “Es de notoria importancia”.
De hecho, no descartan que sustancias incautadas en otras intervenciones tanto de la policía catalana como de la policía municipal en esta misma ciudad procedan de este camello, sin que hayan podido constatarlo hasta la fecha.
Artículos robados para pagar la droga
Además de 46.770 pastillas -contabilizando las 35.700 pastillas de éxtasis y 11.070 de Rivotril-, que hacen un peso de 21 kilos, y de los 28 kilos de hachís, los Mossos d’Esquadra investigan también la procedencia de 10 móviles de alta gama localizados durante el registro en el domicilio del investigado.
En otros casos, añade el cabo, se han encontrado con que estos dispositivos electrónicos tienen una procedencia ilícita, pues los consumidores pagan con artículos sustraídos las dosis de droga.
Rivotril y Trankimazin
Además de la droga, de los móviles y de joyas, cuyo origen se investiga, los Mossos d’Esquadra también hallaron múltiples envases de Rivotril vacíos y de Trankimazin, otro medicamento que se consume con alcohol con finalidades recreativas.
Ahora, tratarán de esclarecer cómo este joven, que ya ha ingresado en prisión provisional, pudo hacerse con esta cantidad de drogas y fármacos cuya venta está prohibida salvo si se dispone de una receta médica.