Fachada del Palau de Justícia, sede del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) y de la Audiencia de Barcelona

Fachada del Palau de Justícia, sede del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) y de la Audiencia de Barcelona EUROPA PRESS

Vida

La mujer que le seccionó el pene a su jefe en Sant Andreu de la Barca acepta 7 años de prisión

Además, se le impone una indemnización de 250.000 euros a la víctima por las secuelas físicas y psicológicas

9 abril, 2024 15:06

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La mujer acusada de cortarle el pene a su amante y jefe en un bar de Sant Andreu de la Barca (Barcelona) ha reconocido la agresión y ha aceptado una condena de siete años de prisión por un delito de lesiones agravadas, en su variante de mutilación genital

El juicio ha arrancado este martes en la Audiencia de Barcelona se ha celebrado tras llegar a un acuerdo entre las acusaciones y la defensa, que han firmado una conformidad de siete años de cárcel (le quedarán cinco, porque ya ha pasado dos en prisión provisional). Además, se le impone una indemnización de 250.000 euros a la víctima por las secuelas físicas y psicológicas.

Finalmente, ha reconocido el delito 

Con ayuda de una intérprete de bengalí, la mujer ha contado al tribunal que tenían una relación desde "hacía años", y además ella trabajaba en uno de los dos bares que el hombre tenía en el municipio.

Para zanjar el acuerdo entre acusaciones y defensa la mujer ha tenido que reconocer el delito ante el tribunal. Sin embargo, en un primer momento lo ha negado. Entonces, la magistrada ha acordado una pausa para que su abogado pudiera hablar con ella y al volver ha admitido la agresión.

Los hechos sucedieron el 31 de mayo de 2021, en el bar donde ella trabajaba para ayudarla a cerrar. Fue en el interior del local, y fingiendo que iba a hacerle una felación, cuando la acusada le seccionó el pene con un cuchillo de cocina.

Ella le tapó los ojos

Por su parte, él ha declarado que la mujer insistió en que tuvieran sexo, aunque al principio él le dijo que no quería porque estaba cansado: "Me puso en el sofá, me cerró los ojos con un trapo porque decía que tenía vergüenza. Ella había traído un cuchillo y estaba guardado en algún sitio que yo no veía".

La víctima ha contado que en un primer momento la mujer no la dejaba salir del local y para dejar constancia volvió a encender las cámaras de seguridad que había apagado para evitar grabar el sexo, y cuando logró irse intentó llegar al hospital y cuando no pudo caminar más llamó a emergencias.

A pesar del acuerdo y de la confesión, la acusada ha utilizado el último turno de palabra en el juicio para pedir a los jueces que le dejen hacer "una vida normal y corriente", sin volver a prisión, con la promesa de respetar la ley y pedir perdón a la víctima.