La casa de acogida Pere Oliveras de Cáritas ha acogido a 370 personas en reinserción penitenciaria en los últimos cinco años, tras ser inaugurada el día 24 de marzo de 2019 en Barcelona.
Para celebrar el quinto aniversario del proyecto, se ha oficiado una eucaristía en la Parroquia de Santa Maria de Sants, con la actuación del coro de Gospel Little Light Gospel Choir, y se ha ofrecido un refrigerio, momento que se ha aprovechado para soplar las cinco velas de un pastel.
Seguimiento "intensivo" del condenado
La casa de acogida da respuesta a internos en segundo grado, tercer grado o en libertad condicional, que cuentan con permisos para salir de la prisión.
Cáritas ofrece un espacio en el que iniciar un "proceso de recuperación personal, emocional y relacional", junto a la Parroquia de Santa Maria de Sants. Cuenta con dieciséis plazas residenciales y un equipo profesional presente durante las 24 horas del día, lo que permite un "seguimiento intensivo hasta el cumplimiento definitivo de la condena".
Cáritas constata que todavía hay "estigmas y prejuicios" sobre las personas en situación penitenciaria, lo que dificulta sus posibilidades de reinserción en el mercado laboral ordinario.
La entidad ha solicitado que el departamento de Justicia de la Generalitat "promueva más recursos como éste y la Llar Betània, únicos en el conjunto de Cataluña".
Para los que no tienen adónde ir durante los permisos
La responsable de los servicios de acogida para personas en reinserción de Cáritas Barcelona, Lourdes Ginestà, ha sostenido que las personas que pueden disfrutar de permisos "necesitan un domicilio al que ir", aunque muchos de ellos no disponen de red familiar que pueda acogerlos ni ingresos para disponer de una vivienda.
"El nuestro es un trabajo desde la vida cotidiana, desde la comunidad", ha precisado Ginestà, quien ha aseverado que las personas "necesitan un acompañamiento para hacer frente al impacto que supone volver a estar en contacto con la sociedad después del paso por la prisión".
La mitad, españoles
La mayoría de los que llegan a la casa de acogida Pere Oliveras están allí una media de cuarenta días, aunque hay hombres que residen durante más tiempo, hasta su libertad total.
Durante el año 2023 se dio respuesta a 133 hombres, de entre 23 y 80 años, de los que casi la mitad eran de nacionalidad española, aunque hubo personas de hasta 25 nacionalidades diferentes.