Cataluña registró el año pasado 3.748 denuncias por desaparición, lo que supone una media de unas diez personas diarias. De hecho, en 2023 desaparecieron en la comunidad autónoma 128 personas más que en 2022, lo que supone un aumento de un 3,5%. La región metropolitana de Barcelona fue el territorio que registró las cifras más altas, con un total de 2.380 denuncias.
“No hay que esperar 24 horas para denunciar, es un mito que hace mucho daño”, ha expresado la portavoz de la policía catalana, la inspectora Montserrat Escudé, en una rueda de prensa celebrada para dar visibilidad a este tipo de casos.
"Las primeras horas son cruciales"
Juan Bergua, el padre de la joven desaparecida en Cornellà de Llobregat el 9 de marzo de 1997, Cristina Bergua, fue uno de los impulsores de esta medida. “La noche que desapareció mi hija no sabíamos qué hacer y fuimos a poner una denuncia a la comisaría, pero no la aceptaron a pesar de que tenía sólo 16 años. Nos dijeron que volviésemos al día siguiente”, recordó con amargura frente a su mujer, Luisa, que se secaba las lágrimas con las manos. “Ahora sabemos que las primeras horas son cruciales”, añadía.
El tesón de la familia de Cristina durante los últimos 27 años ha sido clave en el avance de este tipo de investigaciones. Bergua, creador de Inter-SOS Asociación de Personas Desaparecidas Sin Causa Aparente, luchó por el intercambio de información entre los cuerpos policiales y consiguió que en 2022 se crease el Centro Nacional de Desaparecidos. Aun así, todavía falta mucho camino por recorrer, como que no haya que esperar 10 años para dar por fallecida a una persona desaparecida, incidió Bergua, pues a veces son el sustento de su familia y sin el certificado de defunción no puede optar a ayudas económicas.
La última desaparición resuelta
La última desaparición en Cataluña se ha resuelto con éxito esta misma semana. El pasado 1 de marzo los Mossos d’Esquadra localizaron a una mujer que caminaba desorientada por la AP-7 a la altura de Altafulla. “La mujer, que hablaba francés, no podía explicar cómo había llegado a este punto”, ha recordado el subinspector Marc Bayón, jefe de la Unidad de Investigación (UI) de Tarragona.
Ante la barrera idiomática, que dificultaba la comunicación con la mujer, y que esta presentaba signos de desnutrición y desorientación, fue trasladada hasta el Hospital de Santa Tecla. Los agentes descubrieron que en la ropa esta mujer llevaba una etiqueta con un código QR vinculado a una numeración, por lo que contactaron con la Gendarmería francesa para trasladarle esta información. Así fue como los Mossos descubrieron que la mujer había desaparecido de un centro hospitalario de Grenoble, en el país vecino. “Se había permitido incluso la difusión de la imagen en los medios de comunicación, dado que se consideró una desaparición de riesgo”, precisó el subinspector.
Finalmente, el jueves 6 de marzo la mujer se reencontró con su familia en el hospital Santa Tecla de Tarragona. Ahora, los Mossos investigan cómo pudo recorrer casi 700 kilómetros sin documentación ni medios económicos ni de ningún otro tipo tipo. Aun así, Bayón ha remarcado que no hay “ningún elemento que indique una hipótesis criminal, como así lo ha corroborado también la revisión médica”. El uso de este tipo de códigos QR, a veces impresos en pulseras y conectados con una app en el móvil de un familiar, son de gran utilidad en caso de desorientación en personas de edad avanzada, con demencia o patologías psiquiátricas.
El 98% de los casos se resuelven
Aunque las cifras podrían parecer alarmantes, cabe destacar que los Mossos d’Esquadra resolvieron con éxito el 98% de las desapariciones registradas el año pasado. Así, a fecha de 31 de diciembre de 2023, sólo quedaban 75 casos sin resolver. Esto ha sido posible gracias a la colaboración de la policía catalana con el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) de la Secretaría de Estado de Seguridad del Ministerio del Interior en la mejora de los procedimientos de investigación para la resolución de casos nacionales e internacionales.
Además, el desarrollo de las bases de datos han permitido identificar cadáveres de personas que figuraban como desaparecidas. Así, la Policía Científica del cuerpo autonómico ha podido poner nombre y apellidos a 17 fallecidos cuya identidad se desconocía hasta el momento.
El 80% se resuelven en los primeros tres días
Cabe destacar, como señaló la cabo Laura Villanueva, jefa de la Unidad Central de Personas Desaparecidas y Suicidios, que el 80% de las desapariciones se resuelven en los primeros tres días, mientras que otro 10% se cierran en la primera semana.
Además, del total de personas desaparecidas el año pasado el 40% fueron personas que se encontraban en centros o instituciones de salud mental, consideradas como “muy vulnerables”, y que no regresaron tras una salida. Sin embargo, en su mayoría volvieron por su propio pie al cabo de unas horas. Del total, el 58% son reincidentes. Aun así, los Mossos d’Esqudra investigan este tipo de desapariciones como cualquier otra.
“Huimos del etiquetado de desapariciones voluntarias porque nos hemos encontrado desapariciones que parecían voluntarias y que finalmente eran de ámbito criminal o personas que se habían accidentado”, ha confirmado Villanueva.
Cuatro desapariciones de ámbito criminal
El año pasado se registraron en Cataluña cuatro desapariciones de ámbito criminal investigadas por la División de Investigación Criminal (DIC) de Mossos d’Esquadra. Una de ellas culminó con la detención de un hombre de 76 años en Torrelles de Foix (Barcelona) en octubre de 2023 como presunto autor del homicidio con ocultación de cadáver de su pareja. Además, a raíz de esta investigación se averiguó que el sospechoso había cometido, además, agresiones sexuales a menores de edad.
Otra de ellas terminó con el arresto de un hombre de 39 años en Tarragona en marzo como autor del homicidio de otro que fue localizado en el interior de un pozo. La tercera se encuentra bajo secreto de las actuaciones y está relacionada con el tráfico de drogas. La última, también secreta, podría enmarcarse en el ámbito de la violencia de género, tras la desaparición de una mujer en julio en la Morera de Montsant. En este sentido, la Unidad Central de Desaparecidos ha investigado un total de 15 feminicidios con posterior ocultación de cadáver desde 2010.
El acompañamiento de las familias
Los Mossos d'Esquadra cuentan desde 2014 con una Oficina de Atención a las Víctimas de Desaparecidos (OFDES), encargada de comunicar y explicar a las familias, que a veces acarrean un fuerte sentimiento de culpa, el estado en el que se encuentra su caso. También ayudan a sus parientes a tomar decisiones y los asesoran en cuestiones jurídicas.
Sólo el año pasado esta oficina atendió un total de 2.304 llamadas, la mitad de familiares de personas desaparecidas, y asumió un total de 267 nuevos casos, porque “la angustia que genera la desaparición de alguien puede superar a la muerte de una persona querida”, expresó la portavoz de Mossos d’Esquadra.