El Ayuntamiento de Barcelona ve con buenos ojos que se abran nuevos locales de ocio nocturno en la ciudad. Así lo aseguran fuentes del sector, que han explicado a Crónica Global que, tras una reunión celebrada el pasado 1 de febrero en la sede de uno de los distritos de la Ciudad Condal, David Escudé, regidor de Les Corts, se mostró abierto a conceder nuevas licencias en Zona Universitària.
Las mismas voces sostienen que el ayuntamiento está realizando una diagnosis del actual parque de ocio nocturno en Barcelona y su evolución en los últimos años. En más de una década apenas se han otorgado licencias para cubrir la demanda actual de la Ciudad Condal, a excepción de las de Bling Bling, hace 13 años y, recientemente, la de Negro y Rojo.
La oferta, descompensada
Una vez concluido este estudio el consistorio podría modificar el plan de uso de algunos distritos para “adaptarlos a los nuevos tiempos” y, por ende, posibilitar la apertura de nuevas salas. Y es que desde el sector llevan años reclamando que se otorguen licencias para dar respuesta a una demanda que, dicen, ha quedado “descompensada”, pues Barcelona cuenta con mucha oferta de primera hora -con un gran número de restaurantes-, pero muy pocos bares musicales, salas de conciertos y discotecas.
Las fuentes consultadas aseguran que una de las opciones que sopesa ahora el ayuntamiento es la Zona Universitària, cerca de las facultades, pero con espacios alejados de edificios de viviendas. “Todos buscamos lo mismo, que es causar la menor molestia posible”, defienden.
Preguntado al respecto, el Ayuntamiento de Barcelona se ha limitado a responder que “no consta” que el consistorio esté estudiando la concesión de nuevas licencias en este barrio, pero desde el sector insisten en que la reunión de febrero fue fructífera y ayudó a acercar posturas.
“La Zona Universitària es para estudiar”
Sin embargo, los vecinos han mostrado su total rechazo. Desde la Asociación de Vecinos de Zona Universitaria no quieren ni oír hablar sobre un tema que aseguran que desconocían hasta la fecha. Sostienen que ya "sufren" los conciertos de Les Nits de Barcelona desde hace 13 años, que les impiden conciliar el sueño durante casi un mes. También los espectáculos de luz en época navideña y las actividades culturales de la universidad, que sobre todo son conciertos. “Es un sinvivir, nos están expulsando de la ciudad en la que hemos nacido”, aseguran.
Desde la asociación recuerdan que las viviendas de esta zona, muchas de ellas construidas en los años 50, han quedado rodeadas por el equipamiento universitario, que ha copado la mayor parte del espacio. “¿Hay menos densidad de población que en otros lugares de la ciudad? Sí, pero nosotros estábamos aquí antes de la UB y nos ha hemos tenido que comer”, protesta una vecina. A lo que se niegan en rotundo, avanzan, es al funcionamiento de nuevas discotecas.
“No hay ningún centro cívico para los vecinos, que llevamos reclamando desde hace una década, ni tampoco bibliotecas públicas, porque las de la UB no podemos usarlas”, denuncian. Por eso, lamentan que el ayuntamiento priorice el ocio nocturno sobre las demandas de los residentes. “En esta zona ya funcionan la discoteca Quartier y Los Tilos, no creo que sea el lugar indicado para más discotecas: la Zona Universitària debe ser para estudiar”. Además, sostienen que los estudiantes están faltos de otras muchas cosas, como zonas verdes.
El derecho a divertirse
Por su parte, desde el sector del ocio nocturno defienden el derecho de los ciudadanos a divertirse y consideran que este sería un lugar apropiado, como algunos puntos de la Zona Franca o incluso en locales de centros comerciales por quedar lo suficientemente alejados de las viviendas y por su buena comunicación mediante el transporte público.
Recuerdan, además, que en Barcelona las licencias de actividad van ligadas al espacio físico de forma que si el propietario del local decide rescindir el contrato de alquiler al de la discoteca, este se ve abocado a echar el cierre. Las licencias tampoco se pueden trasladar y, en caso de encontrar un local idóneo, es imposible conseguir una nueva porque las normativas municipales son muy restrictivas.
El sector pide una regulación catalana
En caso de que no se desarrolle un nuevo plan de ocio, vaticinan un escenario similar al que se vivió en pandemia, con miles de personas bebiendo en la calle, sin ningún tipo de control y con los riesgos asociados que eso conlleva. Todo, dicen por la falta de discotecas.
Por eso, celebran que el Ayuntamiento de Barcelona valore un nuevo escenario. Pero no es suficiente. Piden a la Generalitat de Cataluña que desarrolle una nueva regulación catalana que esté por encima de las normativas municipales para que los consistorios no puedan ponerse de perfil en cuanto a la concesión de licencias para usos recreativos.