Nueva agresión durante la mañana de este domingo en el Metro de Barcelona. Según ha podido saber Crónica Global, los hechos se produjeron sobre las siete y cuarto, cuando dos sujetos atacaron a un pasajero para robarle el móvil.
Según ha podido saber este medio de fuentes conocedoras del caso, el usuario se encontraba en la estación de Jaume I, en la línea 4 de Metro, cuando fue sorprendido por dos sujetos que se abalanzaron sobre él con un arma blanca. La víctima recibió golpes y un corte en la cabeza. “También presentaba una incisión en una mano porque se cubrió el rostro con los brazos”, sostiene un testigo.
Ocho vigilantes para 22 estaciones
A esas horas en la L4 había cuatro parejas de vigilantes de seguridad para controlar un total de 22 estaciones. Los trabajadores de seguridad privada estaban distribuidos en las estaciones de Trinitat Nova, donde realizaban un operativo antigraffiti, Ciutadella, Joanic y Bogatell.
Los vigilantes acudieron alertados por los pasajeros del metro, que al ver la agresión apretaron “el botón del pánico” que hay en el interior de los convoyes. Fue el personal de seguridad quien avisó a los Mossos d’Esquadra desde el centro de control.
Los agresores, huidos
Cuando los vigilantes llegaron al lugar de la agresión los agentes de la policía catalana estaban en el vestíbulo auxiliando a la víctima, pero los agresores ya habían huido.
Fuentes policiales han confirmado que la víctima sufrió cortes superficiales que no revestían gravedad al intentar defenderse. De hecho, la patrulla anuló el servicio de ambulancia y los propios policías trasladaron al afectado hasta un Centro de Atención Primaria (CAP) cercano.
Solicitan más efectivos
Sergio Sánchez, portavoz de ADN Sindical Seguridad y Servicios de Cataluña denuncia la falta de efectivos de seguridad privada en el transporte público. “Ocho vigilantes son insuficientes para esa línea, que cubre zonas como plaza Urquinaona, la Vila Olímpica o Joanic, en las que hay locales de ocio nocturno”, sentencia.
Además, también tienen que realizar operativos contra los grafiteros. “No damos abasto entre hurtos, robos, las personas que regresan de los locales de ocio nocturno y el vandalismo, teniendo en cuenta que nos encontramos con gente cada vez más violenta”, sentencia.