El popular restaurante Chaka Khan, emplazado en el corazón de Ciutat Vella, no volverá a levantar la persiana. Así lo confirma Ramón Rodríguez, director general de Pantea Group, el conglomerado al que pertenecía el malogrado establecimiento, que asegura que el motivo del cierre no es otro que la inseguridad que se vive en el barrio del Raval de Barcelona. “La situación es insostenible”, denuncia.
El Chaka Khan abrió sus puertas en 2017. Aunque el grupo eligió un barrio que sabía que era complejo, Rodríguez esperaba una evolución positiva de la zona con el paso de los años.
Por eso apostó por un restaurante innovador, dividido en dos espacios: el Chaka, ubicado en la planta principal y que ofrecía tapas y cocktails exóticos en un ambiente informal; y el Khan, en la planta superior, que invitaba a disfrutar de una gastronomía más cuidada con raíces en Asia, Sudamérica, Oriente Medio y África en un ambiente más relajado e íntimo.
Las lunas, rotas en tres ocasiones
La arriesgada propuesta cautivó los paladares de barceloneses y turistas, que lo auparon hasta el primer puesto en Tripadvisor y hasta el tercero en la lista de Traveller's Choice de mejores restaurantes casual de España en 2019, tan sólo dos años después de su apertura.
Sin embargo, a medida que cosechaba reseñas positivas en Google, la facturación del establecimiento comenzó a bajar. “El Raval no ha dejado de ir a peor”, denuncia el restaurador. Asegura que a él, personalmente, intentaron robarle a las puertas de su negocio.
Asimismo, el colorido local fue diana de los ladrones. Intentaron acceder al interior varias veces, sin éxito. “Nos rompieron las cristaleras hasta en tres ocasiones”, recuerda Rodríguez. Con este escenario, solicitaron una rebaja en el alquiler del local, una petición que fue desestimada por el propietario.
Hurtos, peleas y sobredosis
Tras varios episodios violentos en los alrededores del restaurante -como reyertas, hurtos y robos con violencia-, desde la dirección de Chaka Khan se vieron obligados a poner seguridad privada en el interior del local. “Los vigilantes acompañaban a los comensales hasta el taxi después de cenar, era una situación muy incómoda”.
Esto no frenó la estampida de clientes, que dejaron de frecuentar un local cuyo ticket por persona rondaba los 40 o 45 euros. “No era precisamente el más barato de la zona y, con la situación de inseguridad, si a mí no me apetecía ir, imagínate a los clientes”, se sincera Rodríguez.
El peor episodio, recuerda, sucedió cuando el gerente, incapaz de abrir la puerta de uno de los lavabos, avisó a la policía. "Cuando llegaron los agentes y lograron desbloquearla, dentro se encontraron el cadáver de un joven que había fallecido por una sobredosis", relata.
Desplome de la facturación
Con estos mimbres llegó el cierre forzoso durante la pandemia por Covid-19. El grupo decidió entonces darse un plazo de un año para decidir si seguir adelante con el proyecto o echar definitivamente el cierre. Así, el Chaka Khan funcionó hasta marzo de 2023, cuando decidieron cerrar de forma temporal, como figura en la web y en su perfil de Instagram, por el clima de inseguridad en la zona.
“Ya no merecía la pena continuar, ni el verano se salvaba, nuestras ganancias cayeron casi un 50% con respecto a la época precovid”, asegura. De hecho, cada noticia en prensa sobre el conflictivo barrio era un golpe para la facturación del local.
Se plantean reabrir en Madrid
Ahora Pantea Group, enfocado en otros proyectos en la capital catalana, no se plantea volver a reabrir el restaurante en otro punto de la Ciudad Condal. Aunque no descarta recuperar este concepto, asegura que, de hacerlo, lo hará en Madrid, avanza.
Rodríguez denuncia un éxodo de negocios de esta céntrica zona de Barcelona, cada vez más deteriorada y más sucia. Según su relato, la inseguridad del antiguo Barrio Chino ha expulsado ya a casi todos los restaurantes de mayor nivel, subsistiendo sólo las franquicias y locales de comida rápida. "Es tremenda la degradación del Raval", lamenta.