El Juzgado de Menores de Tarragona ha condenado a seis años de internamiento en régimen cerrado y dos años de libertad vigilada al menor de 16 años que, junto con otro joven mayor de edad, mató a un hombre en Batea (Tarragona). El tribunal, además, impone tanto al condenado como a su madre el pago de dos indemnizaciones de 150.000 euros para cada una de las hijas menores de edad del fallecido.
Los hechos se desencadenaron sobre las cinco de la tarde del 26 de mayo de 2023, cuando el condenado y su amigo mayor de edad se encontraban en la plaza Mayor de Batea. En esa misma ubicación, pero a unos metros de distancia, se encontraba la víctima. Ambos, viejos conocidos. Sin mediar palabra, el menor y su acompañante empezaron a mirarlo "de forma intimidante". Minutos después, pasadas las 18:15 horas, ambos se acercaron al hombre y lo amenazaron: "te vamos a dar una paliza". ¿El motivo? según la sentencia una disputa anterior entre la víctima y el difunto padre del menor.
Persiguieron a la víctima hasta llegar a una zona boscosa
El condenado y su amigo le instaron para ir a hablar en una zona "más íntima". La víctima, aunque en un principio se negó, finalmente, accedió a las peticiones el menor, para intentar evitar problemas de mayor gravedad. Pasados diez minutos volvieron a la plaza, donde se encontraron con la expareja de la víctima. La mujer les recriminó a los dos jóvenes la actitud que estaban mostrando con la víctima y el menor confesó que quería darle una paliza por haberse aprovechado de su difunto padre y haberse gastado 22.000 euros en bebidas alcohólicas.
La actitud intimidante del condenado no cesó. Más bien todo lo contrario. Las miradas intimidantes se fueron intercalando con amenazas veladas y sobre las nueve de la noche empezó la persecución. El condenado y su amigo persiguieron a la víctima por las calles del municipio hasta llegar a una zona conocida coloquialmente como “lavadero”. Ahí, condujeron a la víctima a un espacio boscoso donde empezaron los golpes.
Golpearon a la víctima contra un banco de piedra
Según se desprende de la sentencia, a la que ha tenido acceso Crónica Global, el condenado y su amigo "procedieron a propinarle puñetazos y le golpearon con un palo en la cabeza". La víctima cayó al suelo, pero los golpes continuaron.
El menor y el otro joven que le acompañaba se ensañaron con la víctima, a pesar de que "se encontraba tirado en el suelo y sin posibilidad alguna de defenderse". Según recoge el fallo, durante el transcurso de la agresión, el menor verbalizó que la paliza era merecida por el problema económico que había tenido con su padre: “toma esto por robar”. La agresión culminó cuando el menor agarró a la víctima, que se encontraba prácticamente inconsciente, y le golpeó la cabeza contra un banco de piedra.
Quedó con la cara desfigurada
Tras la agresión y con todo el cuerpo magullado, la víctima se arrastró hasta el domicilio de su excuñado a quien le relató lo sucedido. Una vez allí, avisaron a los Mossos d'Esquadra y al Sistema de Emergencias Médicas (SEM). Según se recoge en el fallo, la víctima "presentaba un fuerte golpe en el costado izquierdo que le desfiguraba la cara, la mejilla izquierda hinchada y se encontraba en estado de suciedad con hierbas en el cuerpo".
Cuando los sanitarios llegaron al lugar donde se había refugiado la víctima, ésta ya "presentaba un bajo nivel de conciencia por lo que se tuvo que proceder a su intubación y ventilación médica". Una vez en el Hospital de Mora d'Ebre, constataron que padecía una "severa hemorragia cerebral". Días después, el 28 de mayo, falleció como consecuencia de las heridas sufridas.
Aunque en un primer momento los Mossos d'Esquadra detuvieron a los dos agresores por una tentativa de asesinato, tras la muerte de la víctima ambos volvieron a ser arrestados por homicidio consumado. El menor ingresó en junio de 2023 en un centro de menores en régimen cerrado.
Grabaron la agresión
Según ha confirmado la sentencia, la agresión fue grabada por los agresores. Días después de la agresión, el menor mostró las imágenes a dos menores de Batea, al tiempo que, "con ánimo de humillar a la víctima, así como vulnerar su intimidad", se reía de él. Por lo que también se le ha condenado por un delito de revelación de secretos.
De hecho, durante el juicio, tal y como se recoge en la sentencia, varios menores aseguraron que el condenado fue mostrando la grabación con el objetivo de presumir de su "hazaña". No obstante, los agentes no pudieron recuperar las imágenes de la agresión, pero saben que existieron porque varios testigos las vieron y oyeron hablar de ellas.