La Generalitat se compromete a acelerar la conexión de Vallirana a la red Ter-Llobregat ocho años después de pedirla
- Los pozos y depósitos de este municipio barcelonés, uno de los más grandes en Cataluña que se abastece de su propia red, se encuentran prácticamente secos y subsisten a base de camiones cisterna
- La ATLL tan solo ha adjudicado la redacción del proyecto en todo este tiempo; ahora, la empresa pública que gestiona las débiles cuencas internas asegura que avanzará su integración al 2025
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Vallirana es un ejemplo de la fragilidad con la que Cataluña trata de superar la sequía. Este es uno de los municipios catalanes más grandes que dependen de pozos y depósitos propios: su red abastece a unos 20.000 vecinos, siendo esta la suma de sus habitantes y los de la cercana Olesa de Bonesvalls. También declaró el estado de emergencia en noviembre de 2023, avanzándose así al resto del territorio, que lo hará en febrero de 2024.
Esta localidad situada a poco menos de media hora de Barcelona espera que la Generalitat la rescate del ostracismo hídrico. Su ayuntamiento, liderado por la socialista Eva Martínez, pidió integrarse a la red Ter-Llobregat. Fue en 2016, hace ocho años; ha llovido desde entonces, aunque solo en el sentido figurado de la expresión. Ahora, el Ente de Abastecimiento de Agua Ter-Llobregat (ATLL), dependiente de la Generalitat, se ha comprometido a acelerar los trámites para que la conexión se produzca en verano de 2025.
Los pozos agonizan
El principal pozo de la red del municipio lleva un año y medio seco, y los siete que aún están operativos agonizan, sostenidos por el suministro de tres camiones cisterna a la semana, es decir, 4.000 metros cúbicos. El nivel de reservas hídricas cae a un ritmo vertiginoso: en un solo mes --de diciembre a enero-- se ha reducido en cuatro puntos: en el momento de esta publicación, queda un paupérrimo 7% de agua para abastecer las casas y negocios de esta localidad y de la vecina.
Y durante estos ocho años, no han ganado para sustos. El último, la semana pasada, cuando el consistorio prohibió el consumo de agua para vecinos y animales en ocho barrios por un episodio de “turbidez” en el pozo de Barquera 1, aunque la culpa realmente recae sobre la sequía. "El bajo nivel de agua disponible imposibilita obtener el caudal necesario" para inhabilitar el pozo afectado y resolver la incidencia, lamentaron fuentes municipales.
Subsistiendo a base de camiones cisterna
Para salir del paso, los vecinos llenaron sus garrafas vacías de un camión cisterna habilitado por el ayuntamiento, siendo esta una imagen recurrente en la ciudad; en 2023, estuvieron más de un mes cargando botellas y bidones por un cambio de normativa que convirtió en no potable el agua de sus pozos subterráneos. Mientras, el consistorio explora crear nuevos pozos, aprovechar algunos de propiedad privada y conectarse a la red de Cervelló.
Pero fuentes municipales avisan frente a nuevas incidencias o a un eventual agotamiento del agua: “Abastecer a todo el municipio con solo cisternas para llenar los depósitos es inviable”.
La alcaldesa acusa al Govern de dormirse
“Están trabajando en aspectos técnicos, pero no acaban de cumplir los plazos que dicen y van tarde”, asegura la alcaldesa Eva Martínez en declaraciones a Crónica Global, que critica que “el agua no ha sido una prioridad del Govern hasta ahora” y que este se ha dormido en “planificar la respuesta de Cataluña a la sequía, saber qué infraestructuras necesitamos y ejecutar las obras”.
Para la edil socialista, su municipio “es un ejemplo de que Cataluña ha detenido muchas infraestructuras importantes y que esto nos hace quedar atrás, aguantando con las desalinizadoras del tripartito”. Ella recoge el pesar de los vecinos, entre los que hay “mucha frustración, pero también desinformación” y a los que llama a ahorrar el máximo de agua para superar su sequía particular, a la que los ha sumido el inmovilismo del Govern.
“La Generalitat ha estado por otras cosas y nosotros hemos seguido insistiendo, y ahora exigimos la adjudicación inmediata de las obras para que comiencen cuanto antes”, reivindica Martínez.
Preguntado por este caso, Xavier Latorre, presidente de la Asociación Amigos del Agua tras 42 años de trabajo en administraciones gestoras de recursos hídricos en Cataluña, habla de "parálisis". "Hay demasiado trabajo de despacho y poco trabajo de campo. Echo en falta más contactos y relaciones estables con el mundo local, que es el responsable del abastecimiento de agua municipal", achaca Latorre, para el que "este es un problema que se lleva arrastrando desde hace muchos años".
La ATLL se compromete a recortar los plazos en un año
El gobierno municipal ha insistido a la ATLL, a la Agencia Catalana del Agua (ACA) y al Departamento de Acción Climática acelerar su conexión a las cuencas internas. Desde que solicitaran su integración en 2016, han esperado cerca de ocho años a que la empresa pública que gestiona la red incluyera el proyecto en su planificación en 2019, anunciara la licitación de su redacción en 2022 y formalizara la adjudicación en enero de 2023 por 167.142,06 euros.
Consultada por este medio, la ATLL asegura haber accedido a la petición del Ayuntamiento de Vallirana de agilizar los plazos: las obras del primer tramo se licitarán durante el primer trimestre de 2024, mientras que licitará el segundo tramo por el trámite de emergencia, “lo que permitirá reducir significativamente, en cerca de un año, el plazo de conexión previsto”.
El calendario inicial situaba la integración de Vallirana en la red Ter-Llobregat en el verano de 2026; con la actual previsión, esta podría hacerse efectiva en verano de 2025, aseguran fuentes de la empresa pública.
Tres años con las restricciones que el resto de Cataluña sufrirá en febrero
Las primeras restricciones al consumo de agua entraron en vigor en 2021 y se han ido actualizando hasta las actuales, correspondientes a la fase de emergencia; son las mismas que pesarán sobre 5,9 millones de catalanes que dependen de las cuencas internas a partir del 1 de febrero.
No pueden gastar más de 200 litros de agua por día, incluyendo actividades económicas y comerciales. Asimismo, solo tienen permitido lavar el coche en negocios dedicados a ello y no pueden limpiar las calles ni mobiliario urbano con agua potable. También tienen prohibido llenar total o parcialmente cualquier tipo de piscina --excepto los centros deportivos-- y fuentes ornamentales, así como regar jardines y zonas verdes, ya sean públicos o privados.