La Sala de apelaciones de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha confirmado la prisión permanente revisable para el hombre que la noche de Reyes de 2020 asesinó a su expareja, de 28 años, y a su hija, de 3 años, en su piso de Esplugues de Llobregat (Barcelona).
En el auto, el tribunal se muestra conforme con el veredicto del jurado popular y rechaza el recurso de apelación presentado por la defensa del condenado contra la sentencia que dictó la Audiencia Provincial de Barcelona en junio de 2023.
La controlaba y la seguía
La sentencia considera probado que, en agosto de 2019, Mónica, la mujer asesinada, le comunicó al condenado, Rubén, su intención de poner fin a su relación sentimental. Aun así, continuaron viviendo en la misma casa, aunque pernoctando en habitaciones separadas.
Rubén “no aceptó de buen agrado la decisión libremente tomada por Mónica”, a la que sometió a continuos “reproches, insultos, ataques psicológicos, seguimientos, vigilancias y control, que fueron creciendo a medida que pasaba el tiempo”, sostiene el tribunal. De hecho, el condenado llegó a coger el móvil de su expareja para leer sus conversaciones privadas con otras personas.
Una de las testigos, recuerda ahora este auto, refirió durante el juicio que Mónica le contó que el acusado la seguía, porque se lo encontraba en sitios en los que no debía estar, como cerca de su trabajo, y que sospechaba que le había hackeado el móvil. También expresó que la observaba mientras dormía y que le había dicho: "Si no eres mía no serás de nadie".
Crimen atroz la noche de Reyes
La madrugada del 6 de enero, noche de Reyes, Rubén atacó a Mónica y a Ciara, la hija que ambos tenían en común, mientras ambas dormían en uno de los dormitorios de la vivienda y las apuñaló con varios cuchillos hasta causarles la muerte. Después, él mismo llamó al 112 para comunicar los hechos.
La sentencia considera probado que “actuó con la intención de acabar con las vidas de Mónica y Ciara o, al menos, sabiendo que la muerte de ambas podría sobrevenir como consecuencia natural y altamente probable de su conducta”. Además, señala que las víctimas no pudieron defenderse: Mónica por estar dormida y no poder prever el ataque y Ciara por su corta edad.
Ratifica la condena
En el caso de Mónica, sostiene el auto, el condenado le produjo “un grave sufrimiento, innecesario para causarle la muerte”, a lo que se añade “el espanto y sufrimiento moral de la víctima” por no poder proteger a su hija del ataque de su expareja".
Además, sostiene que el procesado no tiene diagnosticada enfermedad psiquiátrica alguna que pudiera tener una incidencia directa en sus capacidades cognitivas y volitivas, por lo que se desestima la solicitud de una eximente completa por esta causa.
El tribunal considera a Rubén responsable de dos delitos de asesinato con alevosía y ensañamiento. Por acabar con la vida de la madre, la Audiencia de Barcelona lo condenó a 25 años de prisión y por el de la niña a la pena de prisión permanente revisable. Además, también fue condenado a dos años de prisión más por un delito de maltrato habitual.