Nueva polémica lingüística en el ámbito sanitario de Cataluña. Tras el viral caso de la enfermera del Vall d'Hebron que se mostraba contraria a tener que sacarse el "puto C1 de catalán" para poder opositar, ahora las miradas se centran en Can Ruti, donde se acusa a una doctora de echar de la consulta a una pareja por hablarle en catalán. El hospital trata de esclarecer los hechos para, en su caso, tomar las acciones necesarias.
Lo relata el usuario Atxera en los foros de Racó Català. Según él, el jueves por la noche, tras "tres horas" esperando ser atendidos (él y su pareja), comenzaron a explicarle a la doctora de urgencias su "problema en catalán". Pero ella, siempre según esta versión, les "ordenó" que le hablasen en castellano. No lo hicieron, se negaron, por lo que esta "pseudoprofesional" los "expulsó" de la consulta y les dijo que esperasen a que alguien pudiera atenderlos. "Mierda de país", apostilló él en internet.
Socio de la ultra Plataforma per la Llengua
En sus palabras, la doctora les expresó que no podían hablarle en catalán porque no podía "garantizar la seguridad de la paciente" al no "tener la certeza de haber entendido bien", y se extrañó cuando le dijeron que no querían hablar castellano.
Con el paso de las horas, Atxera ha ido aportando más datos sobre lo ocurrido, en respuesta a otros usuarios. Por ejemplo, que tuvieron que esperar "dos horas más con respecto de un usuario hispanohablante", un tiempo que aprovechó para poner esta situación en conocimiento de la ultra Plataforma per la Llengua, de la que este usuario es socio.
Más aún, en un comunicado posterior exige "de manera firme y decidida" que se aparte a esta doctora "y a todos los profesionales que, con el agravante de una posición de poder en el contacto terapéutico, discriminan a los catalanes por motivo de lengua": "No puede seguir trabajando en Can Ruti como si nada hubiera pasado".
"No es tolerable"
"Nos cogió por sorpresa", prosigue, antes de decir que "nunca más" les pasará; que si se encuentran en una situación parecida, tendrán la grabadora a punto y llamarán a la policía. Además, compara su caso con la discriminación que hubieran podido sufrir un negro, una mujer o un homosexual por el hecho de serlo.
Finalmente, Atención al Usuario de Can Ruti llamó a estos pacientes para recabar datos, aunque les manifestaron que, antes de nada, debían recoger la versión de la doctora. En este sentido, el hospital se limita a decir que "la situación que se explica en la queja recibida no es tolerable" y que, antes de "emprender las acciones necesarias", quieren conocer las dos versiones de los hechos.