La Audiencia de Girona ha reordenado la reapertura de la causa contra una doctora y dos comadronas por un presunto error médico que dejó paralizada a una bebé en el Hospital Institut d'Assistència Sanitària (IAS), el segundo mayor de Girona.
La familia de la menor se querelló contra el centro sanitario, como avanzó Crónica Global, y añadió que, en caso de que el juez no apreciara delito reclamaría por la vía civil la mayor cantidad jamás demandada en una negligencia médica en Cataluña: 2,5 millones de euros.
Ordenan la reapertura
Según diversos autos judiciales a los que accedió este medio, el juzgado de Instrucción número 4 de Girona investigó al IAS por las decisiones médicas tomadas durante el parto de la mujer, de 22, que terminó con un desprendimiento de placenta y con el bebé naciendo prematuramente y sufriendo una encefalopatía hipóxico-isquémica, que le provoca una discapacidad reconocida del 94%.
Sin embargo, el juzgado acabó archivando el caso argumentando que todos los protocolos se habían seguido de la forma correcta. Esta decisión motivó un recurso por parte de la defensa de la madre de la menor.
Ahora, la Audiencia de Girona le ha dado la razón ha ordenado reabrir el caso, según ha avanzado El Periódico. El juez pide que el médico forense declare en el juzgado para aclarar el informe pericial, pues según el citado medio “no analiza el resultado de la anatomía patológica de la placenta" ni tampoco permite determinar en qué momento se produjeron “los primeros signos de sufrimiento fetal” para saber si se actuó con la celeridad necesaria para extraer al bebé antes de que sufriese una falta de oxígeno.
Horas esperando en una camilla
K.D., la madre de la menor, acudió al hospital con "sensación de posible parto de bebé" tras solo 34 semanas de gestación. Según la denuncia, el equipo médico dejó a la gestante sola en una camilla con un aparato de monitorización, pero al rato "se la cambiaron porque no se escuchaban las pulsaciones del nasciturus": estaba defectuoso. La chica alertó a los médicos de que "tenía la sensación de haber roto aguas", pero los facultativos lo descartaron y lo achacaron a "una pérdida de orina".
Tras dos horas esperando en una camilla, la paciente se sometió a una ecografía, y en aquel momento sí "se precipitaron los acontecimientos". Después de confirmar que, efectivamente, había roto aguas le practicaron una cesárea de emergencia. Pero fue demasiado tarde y el bebé nació con falta de oxígeno en el cerebro.
Tras ello, fue una enfermera la que comunicó a la madre que "había sufrido un desprendimiento de placenta", y que trasladaban al bebé al Hospital Josep Trueta, el de referencia en la provincia, por los síntomas de "anoxia". La recién nacida permaneció dos meses ingresada en el Trueta, hasta que le dieron de alta el 25 de enero.
"Graves secuelas de por vida"
La pequeña sufre una encefalopatía hipóxica isquémica grave que le provoca una discapacidad del 94%, lo que la hace absolutamente dependiente de los cuidados de su madre, que incluso ha tenido que dejar sus estudios para atenderla. Entre otras cosas la menor se alimenta por una sonda nasogástrica, presenta "mirada perdida y desorientación" y "jamás podrá estudiar ni trabajar".