Instalaciones precarias y poco espacio: la directora de Wad-Ras denuncia el estado de la prisión de mujeres de Barcelona
- Este centro penitenciario, el único con módulo de madres en Cataluña, es el más antiguo del Estado
- La Generalitat retrasa su traslado a la Zona Franca a partir de 2027
Noticias relacionadas
Soledad Prieto, la directora de la prisión de mujeres de Wad-Ras, en Barcelona, denuncia el mal estado en el que se encuentra el centro penitenciario, el más antiguo del Estado. La responsable alerta de que la precariedad del edificio afecta en materia de seguridad pero también en el tratamiento de las internas.
Prieto ha insistido en que algunas de ellas sufren trastornos de la personalidad y ha pedido un lugar para ellas, "para no para separarlas del resto, sino para que tengan actividades de más corta duración, más variadas".
Las instalaciones "son muy malas"
En una entrevista a Europa Press, la directora del centro desde 2018 ha denunciado que hoy por hoy esto no puede hacerse por la falta de espacio, en una prisión “donde todo está reutilizado” y las instalaciones “son muy malas".
Aun así, la Generalitat de Cataluña retrasa el traslado de esta prisión, emplazada en el Poblenou, hasta 2027. Hasta esa fecha no hay visos de que las nuevas instalaciones de la Zona Franca estén listas para albergar a las reas.
"Es una bestialidad"
Esta prisión, cárcel de referencia para presas preventivas y la única de Cataluña con módulo de madres, tiene un aforo para 164 internas. Hoy por hoy hay 108 presas, de las que siete son madres con ocho bebés de hasta tres años, que acuden a la escuela pública del barrio, Cobi.
La mayor parte de las presas de esta cárcel son mujeres muy jóvenes que han cometido delitos contra la propiedad, como robos y hurtos, o delitos de narcotráfico. En esta deteriorada prisión esperan, junto a algunas ya condenadas, a que se celebre su juicio y, en caso de ser castigadas, a ser trasladadas a Brians 1 para cumplir con la pena impuesta.
"Que una niña de 20 años esté tres años en una casa como esta es una bestialidad. Los periodos de encarcelamiento se tendrían que valorar, son internas que normalmente no causan muchos problemas", lamenta Prieto.
Peluquería, pintura e informática
Para hacer más llevadera la reclusión de estas mujeres, en su mayoría muy jóvenes, además de ofrecerles trabajar en la lavandería o la cocina a través del Centre d'Iniciatives per la Reinserció (Cire) con un contrato de unas 20 horas semanales, desde la dirección intentan que estén ocupadas con distintas actividades, como pintura, gimnasio, cursos de peluquería, arreglos de ropa o informática.