David Caelles durante la creación de sus gigantas

David Caelles durante la creación de sus gigantas CRÓNICA GLOBAL

Vida

David, creador de las primeras gigantas LGTBI antirracistas: “El relato único ‘geganter’ favorece la discriminación”

Este escultor de Solsona y estudiante de antropología considera que “conviene incorporar mucho más la perspectiva de género” en el ámbito social y en la imaginería

26 noviembre, 2023 00:00

Se llama David Caelles, tiene 23 años y, en los últimos días, su nombre y su rostro han aparecido en algunos medios de información a raíz de su trabajo de fin de grado (TFG). Él, graduado en Humanidades y estudiante de un máster de antropología a la par que escultor aficionado, considera que el “relato único”, tradicional, del mundo geganter –del que forma parte– “favorece la discriminación”, por lo que su rompedora propuesta académica ha sido la elaboración de las dos primeras gigantas no heterosexuales de Cataluña y, además, antirracistas. Todo un acontecimiento que le ha valido elogios, pero también algunos insultos.

En conversación con Crónica Global, Caelles defiende que “conviene incorporar mucho más la perspectiva de género” en las tradiciones, tanto en el ámbito social como en el de la imaginería, de ahí su ocurrencia, reconocida por el Observatorio para la Igualdad de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). En esta línea, considera que detrás de esta iniciativa está la convicción de crear “referentes de gigantes más allá de la índole patriarcal, heterosexual y cisgénero, y para mostrar personas y colectivos normalmente excluidos de la cultura popular y del mundo de los gigantes”.

Las primeras gigantas no heterosexuales de Cataluña, obra de David Caelles

Las primeras gigantas no heterosexuales de Cataluña, obra de David Caelles CRÓNICA GLOBAL

Recuerdos de infancia

Durante los trabajos de documentación para su TFG, constató que existen “carencias” de perspectiva de género en la imaginería festiva y en la participación social; de hecho, en el mundo geganter, “el gigante es protagonista, dominante, mientras la giganta es complementaria, su compañera; y son heterosexuales”, añade Caelles, que comenzó a interesarse por estas tradiciones de bien pequeño, cuando acudía con su abuelo a ver los desfiles de estas grandes figuras en su Solsona (Lleida) natal.

¿Por qué eligió a dos mujeres y no a dos hombres? Para empezar, destaca que, aunque sus gigantas son pareja, esto no determina la orientación sexual de sus creaciones ni determina su identidad de género. Dicho esto, sostiene que, si hubiera optado por dos varones, la ruptura “no sería tan radical”; además, es una manera de “equilibrar la balanza”, pues “las mujeres ocupan un papel secundario tradicionalmente”, explica este estudiante, a quien la universidad le cambió la forma de pensar acerca del tipo de sociedad en la que había nacido y crecido.

Una porra y una lanza

Pero sus gigantas, que miden 370 y 380 centímetros, tienen otros muchos detalles relacionados con su mensaje. Sin ir más lejos, sus peinados: una lleva el pelo corto por la parte frontal y largo por la posterior, mientras tiene rapados los lados; la otra, negra “como reivindicación antirracista”, luce trenzas africanas. Asimismo, también escapan de los cuerpos normativos: una tiene la parte inferior de la espalda y el culo más anchos, la barriga y el pubis más grandes, igual que los pechos, mientras la otra es delgada, pero con barriga, y senos y espalda más reducidos.

Aunque no tienen nombre –ni tiene intención de bautizarlas–, se refiere a ellas por sus complementos, Giganta de la lanza y Giganta de la porra, dos elementos más relacionados con los varones –símbolo de poder y cosmología sexualizada– y que les otorgan un empoderamiento del que carecen las gigantas tradicionales, que acostumbran a llevar un pañuelo o un ramo de flores, reflexiona. También sus expresiones dan pistas: una de ellas tuerce la cabeza en señal de desaprobación, cuestionamiento y tensión, añade este creador, que quiere desarrollarse en el mundo escultórico y combinarlo con la investigación.

La Giganta de la porra y la Giganta de la lanza de David Caelles

La Giganta de la porra y la Giganta de la lanza de David Caelles CRÓNICAGLOBAL

¿Reescribir la historia?

Hechas las presentaciones, ¿está Caelles a favor de reescribir la historia? Su respuesta es que no, pero “hay que contextualizar el hecho histórico en la época en cuestión”. A partir de ahí, combinar la tradición con cada momento, actualizarla, pero sin perder la esencia. “No tiene que ser una cosa ni la otra”, dice convencido tras meses de trabajo en las dos gigantas, unas esculturas que le han costado “miles de euros” de su bolsillo y que guardará en su taller.

De todos modos, avisa de que “conviene incorporar mucho más la perspectiva de género”, pues muchas cosas arraigadas en la cultura popular “se reproducen sin crítica”, ya que se asocian a una tradición o hecho histórico inamovibles. “La cuestión es plantear un proyecto artístico de nueva creación, pero haciendo una revisión de la tradición”, sentencia. Esta manera de pensar y hacer, lamentablemente, le ha costado algunos insultos –a través de las redes sociales– y comentarios como que no aborda el problema en profundidad, que es una tontería y que no supone un cambio real. Pero también tiene buenas críticas, como que es un paso muy importante para avanzar en la cultura popular catalana. Y con eso se queda.