Los embalses de las cuencas internas de Cataluña continúan en mínimos de agua, hasta caer al 18,45% de su capacidad total. Una cifra casi medio punto inferior al ya preocupante 18,89% de la semana pasada.
Así lo refleja este martes la última actualización del informe del estado de los embalses de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA), en el cual también se aprecia que su capacidad es notablemente inferior a la que había por estas mismas fechas en 2022, cuando se llegaba al 33,38%.
Desglosados, el embalse de Darnius Boadella se encuentra al 14,29% de su capacidad; el de Sau, al 15,75%; Susqueda, al 18,13%; La Baells, al 24,21%; La Llosa del Cavall, al 19,11%; Sant Ponç, al 27,12%; Foix, al 53,85%; Siurana, al 4,02%, y Riudecanyes, al 3,85%.
La Generalitat evita la autocrítica
Ante esta situación, la consejería de Acción Climática de la Generalitat de Cataluña ha anunciado este martes un endurecimiento de las restricciones del consumo de agua en la autonomía, que afectarán a unos seis millones de personas del área metropolitana de Barcelona y a parte de Girona. La comunidad entra en una nueva fase de preemergencia.
Así lo ha anunciado el conseller del ramo, David Mascort, que ha sacado pecho de la gestión del agua del Govern catalán eludiendo hacer autocrítica sobre su labor en materia hídrica en los últimos años: "Se han hecho muchas cosas bien", ha comentado el dirigente de ERC, tratando de eludir así las responsabilidades de la Generalitat: "La situación es crítica, pero no tenemos forma de hacer que llueva", ha espetado.