El Tribunal Supremo ha confirmado la condena de 18 años y cuatro meses de cárcel para el vecino de Tarragona que en agosto de 2020 asesinó a cuchilladas a un amigo tras encontrárselo en la cama con su exmujer.
La Sala de lo Penal del Alto Tribunal descarta aplicarle los atenuantes de arrebato pasional y confesión, como pedía la defensa, tras considerar los magistrados que el condenado preparó “minuciosamente” la muerte de su amigo. Añaden, además, que su declaración no ayudó a esclarecer los hechos, pues solo confesó después de que la policía descubriera el cadáver, así como “todos los instrumentos materiales empleados en la comisión del delito”.
Lo apuñaló mientras dormía
La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, recoge que el condenado y su mujer se habían separado y que ambos mantenían una relación de amistad “desde hacía años” con la víctima. El auto añade que la mujer había iniciado una relación sentimental con este amigo “meses antes de separarse” a espaldas de terceros.
La tarde previa al día en el que perpetró el crimen, recoge la sentencia, el autor de los hechos vio el Porsche modelo Panamera de su amigo aparcado en la casa de su exsuegro, donde residía su exmujer. Enfurecido, se dirigió a un centro comercial y compró dos cuchillos de pesca y guantes de látex y regresó al chalet esa misma madrugada.
"¿Cuántos años me van a caer?"
La sentencia considera probado que el autor de los hechos accedió a la casa saltando la valla perimetral de la finca y que una vez dentro, tras subir a la primera planta del chalet, se encontró a su amigo y a su exmujer durmiendo desnudos en la misma cama. Allí apuñaló a la víctima hasta la muerte.
Después, le pidió a su exmujer que no dijera nada a la policía. Cuando los Mossos d’Esquadra llegaron a la casa la mujer negó que pasara nada "si bien de manera simultánea les hacía gestos a los agentes en dirección a la primera planta de la casa". Por su parte, señala el fallo, el acusado se limitó a decir que habían tenido una discusión familiar, pero los policías subieron al segundo piso y descubrieron el cuerpo. Entonces, recoge la sentencia, el ahora condenado reconoció los hechos y les preguntó “¿Cuántos años me van a caer?”. Por estos hechos, la Audiencia Provincial de Tarragona lo condenó a 18 años y cuatro meses de cárcel, una pena que avaló también el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
Un plan "largo y minucioso"
Ahora, el Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia y descarta que el autor del crimen estuviera “ofuscado por la pasión” o que actuara “en una situación de arrebato y que no fue consciente de lo que ocurrió". Los magistrados sostienen que el autor actuó de forma premeditada, pues urdió “un plan largo y minucioso”. Se basan en el que fue a varios establecimientos comerciales para comprar las armas.
Además, señalan que el acusado "no sufrió ninguna restricción intelectiva de su capacidad para entender la ilegalidad de su acción". También recoge que "el relato histórico de la sentencia no incluye la descripción de ninguna confesión relevante para la investigación", pues solo confesó después de que la policía descubriera el cadáver y los instrumentos utilizados en el crimen.