El Ministerio de Universidades certifica un año más que los médicos entran con la nota más alta y se gradúan con el expediente más brillante de todas las carreras. Ellas todavía obtienen mejores calificaciones. Varios miles de estos cerebritos se marchan a países extranjeros en busca de mayores oportunidades y sueldos. Un chollo para los receptores.
Pese a los 360 créditos que convierten a Medicina en la carrera más larga del Sistema Universitario Español (SUE), este grado, y la rama de Ciencias de la Salud en general, copa la élite académica de la enseñanza superior en España.
Notas estratosféricas
El informe Datos y Cifras del Sistema Universitario Español 2021-2022 constata que los futuros médicos lideran los rankings de rendimiento académico. La nota de admisión, que suma la media del bachillerato y de la EVAU, fue la más alta de una carrera en España, 13,08, tres puntos por encima de la media necesaria en el ámbito nacional.
Estas calificaciones estratosféricas son mejor indicador que la nota de corte, que solo refleja la diferencia entre la oferta y la demanda de plazas. Tras Medicina se sitúan las ramas hermanas de Enfermería (11,66) y Veterinaria (11,45). Les sigue Matemáticas (10,9).
Popularidad y alto rendimiento
El informe del ministerio que dirige Joan Subirats utiliza dos tasas que revelan el índice de popularidad que tienen las carreras entre los futuros estudiantes: la de ocupación (plazas ofertadas cubiertas) y la de preferencia (solicitudes en primera opción por cada plaza ofertada).
En ambos listados, la rama de Ciencias de la Salud se sitúa también a la cabeza. La primera sobrepasa el 100,8% (se acabaron adjudicando más plazas que las ofertadas). La tasa de preferencia fue del 359,6%, es decir, más de tres alumnos por plaza eligieron un grado de Ciencias de la Salud como primera opción para estudiar en la universidad.
Medicina y las carreras sanitarias en general lideran también la tasa de rendimiento (relación entre créditos superados y matriculados) y la nota media del expediente de los egresados (7,6 sobre 10).
Fábrica de élite gratis
A la elevada formación académica se une en los facultativos la profesional de dos a cinco años en el sistema MIR (médico interno y residente). Las comunidades autónomas invierten en ella una media de casi 40.000 euros al año por cada médico, según el último informe de gasto sanitario público del Ministerio de Sanidad.
“Es una fábrica de sanitarios con talento, en la que España invierte ingentes cantidades de dinero, gratis para otros países”, asegura Sergio Alonso, vicepresidente de la Asociación de Informadores de la Salud (ANIS).
Éxodo y déficit
El año pasado, los 52 colegios provinciales otorgaron 2.769 certificados de idoneidad, requisito para marcharse al extranjero. En 2021 las peticiones concedidas llegaron a 4.614.
El éxodo coincide con la falta de profesionales en la sanidad, que eclosionó a raíz de la pandemia y se ha convertido en un mal endémico. El último informe oficial sobre oferta y demanda de médicos especialistas cifra el déficit actual en el 2,9%. Prevé que se sobrepasará el 12% en 2030.
'Desiertos médicos'
El sindicato CCOO y la patronal de la sanidad privada (ASPE) advierten de que la media de edad de los facultativos es de 50 años, lo que conllevará jubilaciones masivas. Se calcula que para 2027 harán falta 10.000 médicos anuales más en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
El déficit es especialmente preocupante en Medicina de Familia, especialidad denostada, y en la llamada España vacía, poco atractiva para sus carreras profesionales. Son los llamados desiertos médicos o áreas de dispersión geográfica donde la distancia o el tiempo de desplazamiento desde el centro de salud al hospitalario de referencia supera los 70 kilómetros o 40 minutos.
Los sufren mayormente hospitales comarcales de Castilla-La Mancha, Castilla y León, Aragón y Andalucía, aunque también afecta a ciudades con alta densidad. En ellos es difícil contratar especialistas para cubrir las plazas disponibles y se tira de residentes.
Condiciones laborales clave
Bajos salarios, inestabilidad laboral, excesiva carga de trabajo y la falta de incentivos profesionales por culpa de leyes anacrónicas, abonan la “fuga” a otras latitudes en busca del reconocimiento y retribuciones que aquí les niegan.
La respuesta de Sanidad es financiar la creación de nuevas plazas, 677 este año, reconociendo a regañadientes que el verdadero causante del déficit son las deterioradas condiciones laborales que se ofrecen.
Las plazas de formación sanitaria han aumento casi un 40% en los últimos cinco años, según el ministerio que dirige José Manuel Miñones. “Pero si las condiciones laborales no mejoran, muchos de los bien formados acabarán marchando a otros países”, apostilla Alonso, referente del periodismo sanitario.