El Departamento de Interior de la Generalitat expulsará a los seis mossos condenados por vejar y pegar a un joven negro en Sant Feliu Sasserra (Barcelona) en 2019, una actitud por la que han aceptado una pena de un año de prisión.
Así lo han confirmado desde la consejería que comanda Joan Ignasi Elena, aunque la institución esperará a tener la sentencia para proceder a la expulsión de los mossos condenados por racismo. Una sentencia por la que los agentes perderán la condición de funcionarios, consecuencia de la pena de inhabilitación a la que han sido condenados. En un futuro, podrían pedir su readmisión, pero la conselleria deberá decidir entonces si la admite.
Indemnización de 80.000 euros
Se trata de un cabo y cinco agentes, que han aceptado un año de prisión (que no cumplirán con la condición de que participen en un programa sobre igualdad de trato y no discriminación y de que no se acerquen a menos de 500 metros de la víctima durante cuatro años) y seis meses de inhabilitación como policías tras reconocer la agresión con motivos racistas.
La condena es por los delitos de atentado contra la integridad moral y por lesiones leves, y también incluye una multa de 300 euros, el pago de una indemnización de 80.000 euros al denunciante, Wubi, por daños morales y lesiones, y una orden de alejamiento de 500 metros durante cuatro años. Al cerrar el acuerdo, se ha tenido en cuenta como atenuante para los seis policías que entre todos ya han consignado 30.000 euros como adelanto para la indemnización de la víctima.
"Eres un mono"
Los hechos se remontan a enero de 2019, cuando los cinco agentes y el cabo de la policía catalana acudieron a un inmueble okupado en Manresa. Tras perseguir a la víctima, que intentó escapar, los mossos le profirieron insultos racistas que el joven grabó con su teléfono móvil sin que se dieran cuenta y que fueron avanzados por La Directa.
“No te voy a hacer nada, sólo te voy a identificar”, se oía a uno de los policías antes de la agresión a Wubi. “No abuséis de mí, que no he hecho nada”, clamaba la víctima tras intentar escapar de los agentes. “Como vuelvas a correr otra vez te arranco la cabeza, ¿te queda claro?”, se escucha decir en el audio a uno de los uniformados.
“Sois unos racistas”, reprochaba el denunciante. “Somos ordenados”, le espetaba otro de ellos. “¡Dejadme, que soy humano, soy un humano como vosotros!”, pedía el joven, mientras grababa la conversación que ha servido como prueba durante el juicio. A lo que otro de los implicados en la agresión respondía: “Eres un mono, hijo de la gran puta”. Otro de ellos añadía: “Como toques a uno de los míos te hundo la cara. ¡Pasa para el coche, me cago en la puta ya!”.
“Te reventaba las costillas con la bala”
En lo que se presupone como el trayecto hasta el furgón policial, la grabación recoge unos golpes. “Esa por la de antes y esta por la de ahora”, se escucha decir a uno de los agentes mientras la víctima grita. “Puto negro de mierda, racista es poco. Racista es poco. Me cago en tu puta madre. Negro de mierda, hijo de la gran puta”, continúa el aluvión de insultos racistas hacia el denunciante. “Al suelo, negro de mierda. Racista no, lo siguiente. La próxima vez que veas a la policía corre, pero intenta irte muy lejos, más lejos de África, mejor”.
Además, otro de los agentes reconoce haber efectuado un disparo para amedrentarlo. “He fallado, si no, te reventaba las costillas con la bala. ¿Has escuchado la bala cuando he disparado? Te estoy hablando. ¡Te estoy hablando!”, le grita al denunciante, que no responde. La conversación entre los agentes continúa dentro del furgón policial. “Soy racista y mucho, pero si fueras blanco te hubiera pegado igual de fuerte o más. Has acabado blanco. Mírale la cara, blanquito”. A lo que su compañero añade: “Aquesta és la xusma que ens arriba a aquest país”.