La llegada de la píldora anticonceptiva en los años 60 supuso toda una revolución para las mujeres: les permitió controlar, gestionar y decidir con libertad sobre su reproducción y vida sexual. Sin embargo, su uso en la actualidad está empezando a ser cuestionado. Cada vez son más las mujeres que rechazan el uso de anticonceptivos hormonales como la píldora, el anillo vaginal, el parche o el DIU hormonal.
Las encuestas que publica cada dos años la Sociedad Española de Contracepción (SEC) ya empiezan a reflejar tímidamente el rechazo a este tipo de métodos. Aunque la píldora sigue siendo el anticonceptivo más utilizado -después del preservativo– su uso ha disminuido respecto a años anteriores, sobre todo en el caso de mujeres jóvenes. Las razones son diversas.
Efectos secundarios
Uno de los principales motivos son los efectos derivados del uso de estos anticonceptivos. Los posibles efectos adversos son de sobra conocidos: aumento de peso, dolor de cabeza, disminución del deseo sexual, alteraciones en el estado de ánimo e incluso depresión, entre otros muchos. Aunque no todas los experimentan, lo cierto es que existe una creciente inquietud por las consecuencias de estos métodos.
"Cada vez tenemos más información sobre cómo funciona nuestro cuerpo, eso permite que podamos tomar otro tipo de decisiones. Muchas no están dispuestas a sufrir las consecuencias de los anticonceptivos hormonales y buscan otras opciones", explica Ana Lombardía, psicóloga y experta en bienestar y salud sexual. Una de las mayores preocupaciones de las usuarias de este tipo de anticonceptivos es no tener la regla. "Las mujeres quieren tener la regla, consideran que lo contrario es antinatural".
Desigualdad de género en la anticoncepción
Más allá del miedo a los efectos secundarios, también están aquellas mujeres que rechazan los anticonceptivos hormonales por una cuestión de igualdad. "Muchas toman la decisión de no ser ellas las únicas responsables de prevenir un embarazo no deseado", apunta la experta. Uno de los argumentos más utilizados por las detractoras es que una mujer ovula una vez al mes durante unas 48 horas, mientras que el hombre es fértil todos los días del año. ¿Por qué no son ellos los que someten su cuerpo a un tratamiento hormonal diario?
Frente a la gran variedad de anticonceptivos femeninos que existen, sólo hay un par de ellos pensados para hombres: la vasectomía y el preservativo. Ninguno de los dos implica el uso de hormonas. Aunque en los últimos años se han intentado desarrollar nuevos métodos masculinos, todos los prototipos se han ido descartando por sus efectos secundarios o porque no era rentable producirlos.
Qué dicen los ginecólogos
Los ginecólogos, por su parte, insisten en que este tipo de métodos anticonceptivos son seguros y que sus beneficios son mayores que los perjuicios. "Más allá de prevenir un embarazo no deseado, estos métodos ayudan a regular los sangrados abundantes, prevenir la anemia y el cáncer de ovario y de endometrio, entre otras cosas. Pero de eso no se habla tanto", asegura Martí Cantallops, miembro de la Sociedad Catalana de Ginecología de la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña.
De hecho, los especialistas utilizan el término "hormonofobia" para referirse a esta tendencia. Lo definen como un temor "injustificado" a las hormonas motivado, en muchas ocasiones, por la falta de información. "Nos preocupa que muchas mujeres dejen de acceder a una anticoncepción segura y buena para ellas sólo por este miedo a las hormonas. Por eso es importante que acudan a un ginecólogo para valorar cuál es la mejor opción".
Otros métodos para la contracepción
A raíz de esta desconfianza hacia el uso de hormonas, están ganando popularidad los llamados métodos naturales de anticoncepción. Uno de los más conocidos es Natural Cycles. Las usuarias deben medir su temperatura corporal diariamente para conocer qué días son fértiles y cuáles son "seguros" para mantener relaciones sexuales sin otro tipo de protección. La promueven algunas influencers a través de redes sociales como una opción "segura y libre de hormonas".
El problema de este tipo de métodos, aseguran los ginecólogos, es su fiabilidad. "No tendrá ningún efecto secundario, pero no es un buen método si no quieres quedarte embarazada", subraya el especialista. En cualquier caso, los profesionales insisten en que los métodos hormonales son seguros y que pueden mejorar la calidad de vida de muchas mujeres.