El 80% de los donantes que acudieron al Banco de Semen de la Fundación Puigvert entre 2022 y 2023 han sido rechazados, la mitad de ellos por la mala calidad de su esperma. Estos datos confirman lo que vienen advirtiendo los expertos desde hace tiempo: la función reproductiva tanto masculina como femenina se está deteriorando.
No obstante, desde la fundación remarcan que estos resultados no significan que los donantes rechazados sean infértiles, sino que los parámetros de su semen son insuficientes para los estándares que se solicitan para entrar en el programa, pues son entre tres y cuatro veces superiores a lo que se consideraría normal.
Deterioro global de la función reproductiva
En cualquier caso, sí han admitido que en los últimos 30 años se han producido una serie de cambios y circunstancias asociadas al deterioro global de la función reproductiva tanto masculina como femenina. Además de la baja calidad seminal, desde el Banco de Semen aseguran que también se rechazan donantes por otros factores como la presencia de infecciones de transmisión sexual asintomáticas, falta de copromiso, historia familiares de enfermedades o detección de anomalías genéticas.
Según el andrólogo y director de la entidad, Lluís Bassas, la infertilidad masculina es una alteración que va más allá de la calidad seminal en sentido estricto porque "tenemos que poner en contexto que en los últimos 30 años se han producido una serie de cambios y circunstancias que, sin ninguna duda, han tenido un impacto directo en el deterioro global de la función reproductiva".
Otros factores controlables
Bassas ha destacado que "existen otros factores, que son controlables y están relacionados con el consumo de sustancias dopantes o anti androgenicos, a las que se añaden el consumo de tabaco o alcohol u otras sustancias, estrés, mala alimentación, vida sedentaria y falta de ejercicio físico".
Para ser "candidato efectivo" además de tener entre 18 y 35 años y un buen estado de salud general hay que pasar una serie de pruebas diagnósticas: un seminograma, una analítica completa de sangre y orina para descartar enfermedades generales e infecciones de transmisión sexual, y un estudio genético para descartar enfermedades transmisibles a la descendencia. "El mensaje es que cuantos más factores de riesgo acumula una persona, mayor riesgo de que presente problemas reproductivos", ha concluido el director del Banco de Semen de la Fundación Puigvert.