El día 9 de marzo de 2023 pasó a la historia como uno de los días más trágicos en la historia de la minería en España. Tres geólogos fallecieron producto de un desprendimiento mortal provocado por una serie de errores en la comunicación y la falta de medidas de precaución adecuadas en la mina de Cabanasses, en Súria.
Así lo concluye un informe de los Mossos d'Esquadra, donde se detalla que 80 minutos antes del accidente, se produjo una caída de una piedra de unos 20 kilos de peso a unos dos metros del lugar de los hechos. Esto, sostiene el informe, debió ser una clara señal del peligro existente en la zona. Sin embargo, nadie les informó al respecto, ni se tomó ninguna medida preventiva.
"Ojo techo"
El estudio de la policía catalana, avanzado por El País, indica que el aviso nunca llegó a los oídos de Óscar Molina, Victoriano Pineda y Daniel Álvarez, las tres víctimas mortales del desprendimiento, que ya habían iniciado su jornada cuando cayó la primera piedra.
En su atestado, "los Mossos concluyeron que el vigilante 'incumplió' sus obligaciones: debió haber comunicado al turno entrante el 'riesgo percibido”' y debió haber tomado 'medidas preventivas' sobre el terreno", expone el citado medio.
negligencia y mala suerte
Los Mossos d'Esquadra interrogaron a varios trabajadores de la mina. Entre ellos, al mencionado vigilante, quien reconoció que no transmitió los hechos porque los operarios ya se iban y la máquina estaba en zona segura.
"Era una piedra como han caido muchas. Pensé que no era necesario", recoge el informe policial. En este sentido, la policía concluye que el trabajador "incumplió sus obligaciones", ya que debió advertir del riesgo al turno entrante. Por otra parte, sostiene el citado medio, "el infortunio también jugó su papel. David, el jefe de minador, comentó sus malas sensaciones a un topógrafo al que se encontró por casualidad en el ascensor de la mina. Pero eso fue a las 7.10, con los geólogos ya en las profundidades de la mina".