Los Mossos d’Esquadra toman cartas en la escalada de violencia entre los vecinos de la Bonanova, los 150 okupas del barrio y la empresa Desokupa, que ha publicitado que expulsará a los allanadores de El Kubo y La Ruïna (ambos propiedad de Sareb) el próximo jueves, 11 de mayo. Sin embargo, la Policía de la Generalitat impedirá el encuentro entre los “matones”, como los llaman los antisistema, y este colectivo, pues ni hay orden judicial ni les compete este asunto, según ha explicado fuentes policiales este lunes. El mayor operativo de la historia de Desokupa anunciado por su administrador, Dani Esteve, "no pasará", señalan las mismas voces, que recuerdan que "las desokupaciones solo puede hacerlas la policía y por mandato judicial".
Los okupas se apropiaron de los dos bloques de la calle Sant Joan de la Salle hace unos años sin que hasta hace unas semanas se registrasen incidentes reseñables, más allá de las molestias provocadas por algunas fiestas. Sin embargo, algo ha cambiado en los últimos tiempos, y es que, por un lado, la justicia ordenó el desahucio de La Ruïna para finales de marzo y, por el otro, el asunto de la okupación ha entrado ahora en la agenda política. Y se acercan las elecciones municipales del 28 de mayo. De hecho, dirigentes Valents, Cs y Vox se han acercado hasta la zona para abrazar la causa antiokupa. Además, según fuentes policiales la escalada de violencia se debe a un cruce de acusaciones por ambas partes, que han ido caldeando el ambiente en la zona alta.
Nadie denuncia
En este escenario ha aparecido Desokupa, que ha aprovechado la coyuntura en la Bonanova para lograr publicidad sin mucho esfuerzo, pues nadie ha contratado sus servicios para echar a los colectivos que se han apropiado de los bloques. Con estos mimbres, la tensión ha ido en aumento desde unas semanas a esta parte. Los okupas aseguran que llevan cerca de un mes sufriendo ataques como tentativas de incendio y perdigonazos, mientras los vecinos denuncian que son los allanadores los que las emprenden contra ellos con palos, cuchillos y hasta hachas, como se aprecia en las imágenes a las que ha tenido acceso Crónica Global. Pero nadie denuncia, y las mismas fuentes policiales invitan a todas las partes a hacerlo. Además, el temor a un desahucio por parte de la empresa que capitanea Esteve ha llevado a los okupas a levantar muros de hormigón coronados por vidrios para blindar las dos propiedades.
La presencia de los políticos y las amenazas de Desokupa no han hecho sino incrementar la tensión en este barrio bien de Barcelona, que está centrando parte de la actualidad informativa de las últimas fechas. Por ejemplo, el pasado martes, 2 de mayo, los colectivos antisistema y antifascistas se manifestaron en contra de todos los que quieren expulsarlos, en una marcha que motivó el despliegue de Mossos d’Esquadra para evitar enfrentamientos. Y este jueves, 11 de mayo, fecha en la que la empresa de desokupaciones dice que va a echar a los allanadores, estos han llamado a defender su territorio “de las maneras que se consideren oportunas”. “Habrá palos” y “arderán las calles” si la alcaldesa, Ada Colau, no lo impide, según Esteve. Ninguna de las dos partes ha comunicado a las autoridades que se manifestará.
"Garantizar la seguridad de los vecinos"
Sea como sea, las mismas fuentes reconocen que la convivencia en la zona se ha deteriorado y que la máxima prioridad es “garantizar la seguridad de los vecinos y garantizar el derecho de manifestación”, aunque de las manifestaciones puedan derivar consecuencias administrativas para los organizadores. En este sentido, auguran una intervención policial continuada, pues el conflicto va para largo y echarán mano de recursos permanentes para prevenir y disuadir. Pero, ahora mismo, los esfuerzos se centran en lo que ocurra el jueves. Mossos ha preparado un operativo en el que, para empezar, los dos colectivos enfrentados no se cruzarán y estarán separados por una distancia suficiente como para impedir que se lancen objetos. De hecho, la plaza de la Bonanova, a diferencia del pasado martes, estará desierta para evitar el contacto físico entre los grupos antagónicos y los alcances por lanzamiento de objetos. También acudirá el equipo de mediadores de la policía catalana, al tiempo que la fiscalía tiene toda la información en su poder sobre las amenazas de uno y otro bando en redes sociales y habrá coordinación entre Mossos y Guardia Urbana.
En cualquier caso, recuerdan que la situación procesal es diferente en lo que respecta a las dos casas: en el caso de El Kubo se ha extinguido la vía procesal civil y está previsto su desahucio. En el caso de La Ruïna, la fase procesal aún está abierta y habrá una vista en junio en la que se podría ordenar su desalojo. Por ahora, los allanadores y Desokupa se han citado el jueves, un encuentro al que acudirán Brimo, Arro y seguridad ciudadana, por parte de Mossos, y Guardia Urbana.