Los vecinos del distrito de Sant Martí lo tienen claro: no hay operación salida que se les resista ni político que los agote. Desde hace meses vienen advirtiendo que no permitirán que Ada Colau ejecute las obras de pacificación en la calle Perú y los deje sin aparcamientos. Por activa y por pasiva, insisten, han pedido a la alcaldesa que visite el barrio y vea el problema en primera persona. Sin embargo, la edil ha ido echando balones fuera y, a día de hoy, sigue sin pisar las calles que pretende modificar.
El pasado 16 de marzo, los afectados tuvieron que acudir a uno de los famosos "encuentros con la alcaldesa", para sacarle los colores e insistirle en que es necesario un plan alternativo para la pacificación de la zona escolar en la calle Perú, por lo que volvieron a invitarla a andar por el distrito. En esa misma sesión, un vecino aprovechó para decirle "en nombre de todos", que "no se puede hacer políticas de movilidad con el Google Maps". Así, y por si continuaba la indiferencia hacia los vecinos, la advirtieron de que si no reaccionaba, empezarían las movilizaciones. "Señora Ada Colau, esta guerra la ganamos", concluyó el portavoz de los vecinos, Edorta Moreno.
Cortan la Gran Vía
Dicho y hecho. Arranca la primera procesión para Colau, "sin santos ni costaleros". En su lugar, sillas, paraguas y muchos vecinos con ganas de salirse con la suya. Según Edorta Moreno, han sido unas 200 las personas que han cortado esta tarde la Gran Vía de les Corts, en señal de protesta a las políticas de movilidad de la alcaldesa. "Ha habido representanes del PSC, Ciutadans, Junts y Esquerra", ha explicado Moreno a Crónica Global, durante la protesta.
"Ni una plaza menos"
De nuevo, el distrito se pone en pie y advierte a los representantes políticos de que "no van a permitir que nadie trastoque sus calles, ni sus vidas, desde un despacho". Por tanto, la invitación a Colau sigue en pie, e insisten en que, "para estudiar el problema con conocimiento de causa" y "tomar decisiones coherentes" es importante ver la zona y sus posibilidades.
Mientras tanto, los vecinos insisten en que su "mal hacer" tendrá recompensa en las urnas el próximo mes de mayo donde, esperan, la líder de los comunes se encuentre con el resultado de su gestión y pierda la silla en el Ayuntamiento de Barcelona. Hasta que eso suceda, advierten de que seguirán en lucha, porque no permitirán "ni una plaza menos".