El tío de los niños encerrados en Arbúcies "curaba a gays"

El tío de los niños presuntamente encerrados en una masía de Arbúcies (Girona) durante 24 años trataba de curar a gays. El pastor evangélico Pablo Martínez Vila, familiar de los dos chicos aislados durante dos décadas en el chalé de Ca La Nou, ofrecía polémicas terapias de conversión al colectivo LGTBI desde su consulta de psiquiatría en Terrassa (Barcelona). 

Lo explica una de las víctimas, que detalla que "sus padres le ofrecieron ir a la consulta del doctor Martínez Vila para curar su homosexualidad, algo que era ridículo". El hombre, ahora casado, recuerda que "llegó a España en 2011 desde Perú. Sus padres, de confesión evangélica, se dieron cuenta de que era gay y le trataron de presionar para ir a la consulta de este pastor para curarse".

Dos sesiones

La terapia tuvo lugar en dos ocasiones, pero el joven "se libró de sus padres y se casó con otro hombre al que amaba, regularizando de paso su situación en España".

El lugar donde lo llevaron, sostiene, es a la oficina del facultativo en el segundo piso en la calle Mayor número 16 de la ciudad metropolitana. 

Contra la "ideología de género"

Aplicara o no con éxito terapias de conversión al colectivo LGTBI, el pastor Martínez Vila se ha significado públicamente por la familia tradicional, contra el matrimonio homosexual, la transexualidad y lo que percibe como la "ideología de género". 

Lo ha detallado el también doctor en Medicina en conferencias públicas como ésta de la que dio cuenta Crónica Global, en la que detecta nuevas formas de sexualidad que asemejan a "hombres y mujeres a los animales". 

Investigación policial

Esta conexión familiar con el evangelismo más radical --en contraposición a los sectores que apoyaron la ley de matrimonio LGTBI aprobada en junio de 2005 en España-- es relevante porque el pastor es tío de dos niños que, según cree la Policía Local, permanecieron encerrados durante 24 años en la masía Ca La Nou de Arbúcies. 

Allí es mantuvieron sus padres, sin DNI ni teléfono, para preservar su estilo de vida o blindar a la familia por razones sanitarias, explicaron después ante el revuelo creado. 

Un búnker natural

Sean cuales fueren las razones, lo consiguieron. Chica y chico permanecieron dos décadas con el mínimo contacto con el exterior. Ni sus vecinos, que han hablado para este medio, detectaron la práctica. Cabe recordar que Ca La Nou queda aislado en mitad del Parque Natural del Montseny, a varios centenares de metros de la finca más cercana, un cámpin. 

El bosque, pues, opera de barrera natural para con el exterior. De este modo, se cree, la familia, que había comprado el chalé a la familia Canals de la téxtil Jocavi a finales de la década de los 2010, consiguió limitar las interacciones con el exterior durante 24 años. La Policía investiga ahora si ello fue delictivo, pues los derechos de los menores pudieron ser lesionados.