La eurodiputada independentista Clara Ponsatí, detenida brevemente en Barcelona ayer, pidió requisar móviles en la Ciudad de la Justicia de L'Hospitalet de Llobregat para evitar que le sacaran fotos robadas en los calabozos de detención. Y lo logró: Mossos d'Esquadra de paisano intervinieron celulares para impedir posibles capturas de la euroelecta en las celdas del complejo judicial.
Lo explica uno de los Mossos que participó en el operativo so condición de estricto anonimato. El policía abona la tesis explicada por este medio de que la detención, muy breve porque a Ponsatí solo se la acusa de desobediencia, "había sido pactada de antemano" con su abogado, Gonzalo Boye. De ahí la suavidad de su arresto en la avenida de la Catedral, que fuentes policiales tildan de "absolutamente irregular" no porque sea un cargo electo, sino por el guante blanco del mismo.
"Solo entrar al coche: 'habeas corpus'"
Tras la puesta en custodia que vio toda España, Boye, que entró irregularmente en el coche policial con Ponsatí, le tendió una petición de habeas corpus o detención ilegal al subinspector de Mossos que había pedido amablemente a la eurodiputada que le acompañara. "Bien, no se la entregó, se la sacó de la chaqueta, se la dió a la rea y ésta se la entregó al policía", precisa una fuente anónima.
Ante ello, los Mossos condujeron a la pareja de la Ciudad de la Justicia donde, casualidad o no, ANC y Òmnium ya estaban llamando a congregar a sus fieles. Equivaron, pues, la Comisaría de Les Corts, donde los funcionarios habrían conducido a cualquier otro detenido. Con ello, las dos partes evitaron un problema reputacional al cuerpo autonómico de seguridad: no habría centenares de independentistas protestando ante la policía regional.
"Sabían al juez que iban, pero ERC no"
La detención estaba tan preparada que Boye y Ponsatí sabían "hasta al juez que iban". Ello no es secreto, pues los abogados que habitualmente moran en el complejo judicial saben qué togado está de guardia". Pues bien, la euroelecta y su entorno sabían qué juez debería resolver por su habeas corpus.
"Sabían hasta el juez, pero la gerente de la Ciudad de la Justicia, que es un cargo político nombrado por ERC, no tenía ni idea de la operación ni sabía que llegaba la política", insisten altos mandos de los Mossos.
"Requisamos los móviles"
Desde los cuerpos y fuerzas de seguridad se destaca también que la llegada de Ponsatí a la ciudad judicial fue "anómala". ¿Por qué? "Porque nos pidieron que requisáramos los teléfonos móviles al personal de guardia para evitar que le sacaran fotos en los calabozos".
Así fue: un agente de paisano requisó los dispositivos uno a uno y la rea pudo esperar a su comparecencia sin que nadie le tomara instantáneas en las celdas de detención temporal.
"Sabía cuánto tiempo estaría"
La operación Ponsatí estaba tan bien planificada que el equipo legal de la también profesora de la Universidad de Saint Andrews (Reino Unido) "sabía perfectamente el tiempo que estaría detenida antes de comparecer ante el juez". De hecho, los Mossos, que trabajan con la hipótesis de que la también doctora en Economía "llegó a Europa tranquilamente por el Eurotúnel de La Mancha", que la detuvieron describen su actitud y la de Boye como "risueña y perfectamente tranquila y compuesta".
En un momento de la noche, que terminó con su esperada puesta en libertad y recibimiento en la calle, Boye aseguró que el montaje "era una jugada para añadir presión sobre ERC antes de las elecciones municipales" del próximo 28 de mayo. Jugada o no, los republicanos, que controlan la Consejería de Justicia por medio de la consellera Gemma Ubasart, no sabían nada de la detención vip.