"Cuando hay un animal de por medio, todas las barreras se caen". En los últimos años ha habido un incremento de las terapias asistidas con animales. Aunque se trata de un campo relativamente nuevo, cada vez son más los estudios académicos y científicos que dan fe de los numerosos beneficios de este tipo de terapias para tratar algunos trastornos mentales en niños, adolescentes, adultos y personas mayores.
Sin obrar milagros, los animales sirven de facilitadores de la terapia. Funcionan como elemento de apoyo para que los profesionales que conducen la sesión logren mejores resultados con sus pacientes. Suelen utilizarse como tratamiento complementario a personas con diferentes trastornos que incluyen autismo, trastornos conductuales, depresión, ansiedad, estrés postraumático o esquizofrenia, entre otros.
El animal como facilitador
"El animal es un facilitador, ayuda a crear un vínculo con esa persona o ese grupo de forma mucho más fácil y crea un clima de confianza", explica a Crónica Global Laura Ramos, una de las trabajadoras de la asociación CENIAC, especializada en Intervenciones Asistidas con Animales. Aunque el perro suele ser el animal principal, en su caso también trabajan con otros más pequeños, como conejos, cobayas o gallinas.
Además de facilitar el trabajo a los profesionales, la terapia con animales aporta otro tipo de beneficios. "La intervención del animal ayuda a trabajar lo que es el aislamiento social, las relaciones interhumanas y la regulación de las emociones", asegura Nuria Máximo, doctora en Terapia Ocupacional y Coordinadora de la Cátedra Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos.
Sociales y entrenados
En las sesiones de terapia asistida debe haber siempre un profesional de la salud que va acompañado de un guía y un animal adiestrado para realizar este tipo de trabajo. "Buscamos un animal que sea sociable, que le gusta estar con personas. Luego lo entrenamos para que sea respetuoso, para que sepa gestionar bien el estrés y, sobre todo, que se sienta seguro con nosotras", señalan desde CENIAC.
"No muerden, no ladran, están entrenados para que el acercamiento a las personas sea ameno" asegura una de las psicólogas de la XarXa Joves, un programa de acompañamiento integral pera jóvenes con problemas de salud mental que trabaja junto a CENIAC para ofrecer terapias asistidas con animales. "Suele ser una actividad atractiva que ayuda a conectarnos entre nosotros, es buen punto de partida para trabajar otras cuestiones más profundas a nivel grupal", apunta.
Un campo en crecimiento
En febrero, investigadores del Hospital Clínic de Barcelona presentaron los resultados de un estudio que confirma la eficacia de la terapia con perros a la hora de tratar a niños con trastornos de salud mental. Se realizaron sesiones un día concreto de la semana de 45 minutos de duración por paciente durante dos años. Los resultados indican que los perros actúan como catalizadores de la terapia, facilitando un enlace emocional entre el terapeuta y el menor.
Aunque todavía existen voces reticentes dentro del mundo de la medicina respecto a la utilidad y efectividad de este tipo de terapias, lo cierto es que se trata de "un campo en crecimiento que cada tiene cada vez más demanda" y por lo tanto, "cada vez hay más entidades que ofrecen estas intervenciones", subrayan.