Tres jóvenes se enfrentan a siete años de cárcel por saquear una tienda de Calvin Klein de Barcelona aprovechando las protestas contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel en febrero de 2021.
Este martes se ha celebrado en la sección 6ª de la Audiencia Provincial de Barcelona el juicio en el que la fiscalía ha pedido que se les condene a siete años de prisión por haber asaltado el establecimiento comercial y haber sustraído prendas valoradas en 4.212 euros, así como 400 euros en efectivo. Además del delito de robo, les imputa otro de desórdenes públicos.
Pillados con varias prendas
Según el ministerio público los jóvenes aprovecharon el caos que se había generado en las calles de Barcelona y que "los recursos policiales estaban destinados a proteger los actos oficiales" y a disolver a los manifestantes, que levantaban barricadas, para “atentar contra la paz pública”.
Por su parte, los agentes de Mossos d’Esquadra, que han declarado durante el juicio como testigos, han explicado al tribunal que los reconocieron mediante un vídeo colgados en las redes sociales en el que aparecían los tres jóvenes con la misma ropa que también llevaban en unas actuaciones previas. De hecho, han explicado que los conocían porque eran chicos que vivían en la plaza Sant Agustí y que, cuando fueron a identificarlos, llevaban “dinero en efectivo y varias prendas de la marca, todavía con las etiquetas”.
La principal prueba: un vídeo
Después de realizar varias comprobaciones, los Mossos d’Esquadra pudieron constatar que los códigos de las etiquetas se correspondían con los de las prendas sustraídas del local y procedieron a la detención de los tres sospechosos. Durante la vista los tres acusados han negado categóricamente haber cometido estos hechos y han negado que se conocieran antes de su detención.
Por su parte, las defensas han cuestionado que la principal prueba presentada en contra de los tres chicos sea el vídeo que los agentes localizaron a través de las redes sociales. Han reprochado que la policía catalana no analizara los metadatos ni que tampoco hiciera ningún tipo de prueba fisionómica o estudio antropométrico para determinar que sus defendidos son las personas que aparecen en las imágenes. Son las únicas, puesto que las cámaras de la tienda no grabaron nada, porque si bien estaban en funcionamiento, no tenían capacidad de almacenaje para registrar lo sucedido.