El Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE) es una unidad de los Bomberos de la Generalitat especializada en salvamentos y rescates en el medio natural y en lugares de difícil acceso. Ampliamente formados y con muchos años de experiencia en el sector, son capaces de enfrentarse a numerosos escenarios: montañas, aludes, cuevas, barrancos, ríos, pozos… llegan donde nadie más puede llegar.
Sin querer ponerse el aura de héroes, lo cierto es que los GRAE salvan la vida a un gran número de personas cada año. Solo en 2022, el grupo realizó un total de 1.857 rescates, la gran mayoría de ellos en la montaña. Están de guardia las 24 horas del día para intervenir de inmediato ante una emergencia.
Cuatro sedes en Cataluña
El cuerpo, formado por más de 40 bomberos especialistas, dispone de cuatro sedes situadas en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), La Seu d’Urgell (Lleida), Olot (Girona) y Valls (Tarragona) y cuenta con medios de transporte terrestres, acuáticos y aéreos.
Aunque el helicóptero suele ser el medio de transporte más rápido y cómodo para realizar un rescate, no siempre es posible utilizarlo “ya sea por las condiciones meteorológicas o porque es de noche”, explica a Crónica Global el capitán GRAE de Cerdanyola, Carles González.
"Nos jugamos la vida"
Están equipados con todo tipo de recursos profesionales para su actuación en zonas montañosas y en condiciones meteorológicas adversas. Desde 2010, han llevado a cabo un total de 16.522 rescates en el medio natural. La mayoría suelen realizarse los fines de semana, ya que es cuando más afluencia de personas hay en la montaña.
"En muchas ocasiones nos jugamos la vida", asegura González. Si bien son conscientes de los riesgos que conlleva su trabajo, reconocen estar "enganchados a él". Las actuaciones que llevan a cabo son muy diversas. Desde el rescate de personas heridas en una montaña nevada, hasta la búsqueda de desaparecidos y salvamento de personas o animales que han quedado atrapados.
Más afluencia de gente en la montaña
Desde el inicio de la pandemia se han incrementado los casos. "La gente va más a la montaña. Busca más el aire libre", apunta el bombero. En 2009 la Generalitat empezó a cobrar los rescates provocados por una imprudencia. Es decir, acceder a zonas señaladas como peligrosas, no llevar el equipamiento adecuado para la actividad que practican o solicitar el servicio de rescate sin que existan motivos objetivamente justificados.
"Lo que pasa en Cataluña es que, como en España, no hay una cultura de montaña como en otros países europeos. Pero tampoco podemos afirmar que ahora la gente sea más inconsciente que antes", señala. Es por ello que los bomberos recuerdan la importancia de planificar la salida, el recorrido y la meteorología, además de ir bien equipados y minimizar los riesgos.