El médico de Concha siempre le negó que estuviese embarazada de gemelos, pero el día del parto el facultativo no estaba, y la mujer se dio cuenta de que, tal y como ella sospechaba, había gestado a dos bebés. "Cuando nació el primero dije: es muy delgadito". Lo siguiente que recuerda Concha es que despertó casi de noche. "Me pusieron tal cantidad de anestesia que eran las siete de la tarde y no conseguía despertarme".
La mujer todavía no comprende por qué no la durmieron al principio y, en cambio, sí le administraron la anestesia cuando aseguró que había un segundo niño en su vientre. "Aquello me pareció muy raro", reconoce. Entonces, al despertar, le dijeron que el primer bebé --Ferran Navarro Amador-- estaba sano, pero el otro había fallecido asfixiado por el cordón umbilical. Es decir, ella estaba en lo cierto, había dos niños y siempre se lo negaron. "Nunca vi al pequeñico, no me lo dejaron ver", dice con tristeza.
Segunda gran pérdida
Concha perdió a su primer hijo varón en 1975 a los 11 días de nacer. En esa ocasión todo fue triste, pero normal. El matrimonio compró un nicho tras el fallecimiento de su bebé --al que llamaron coincidentemente Ferran--. Sin embargo, tras el presunto fallecimiento del gemelo, nadie consultó a la pareja. "El hospital dice que se hizo cargo del entierro de mi hermano porque mis padres no tenían seguro de decesos. Mis padres perfectamente podrían haber enterrado al gemelo de Ferran en el nicho que tenían", explica Puy Navarro Amador que, junto a sus hermanos Concha, Teresa, Ferran y Julio buscan al gemelo de Ferran.
"Ese era el quinto parto de mi madre, y nunca había estado tan grande y el médico le decía que no, que sólo llevaba uno, y según ella unos días antes del parto le dijo que se iba de vacaciones y la atendió otro médico", recuerda su hija. "Además, al inicio del parto mi padre no está presente en el hospital. Se supone que él vio al gemelo muerto, de lejos, a través de unos cristales. Pero la búsqueda de mi hermano la inicié un año después de su muerte, en octubre de 2016 y este hecho no lo podemos corroborar". Puy explica que nunca supieron dónde estaba enterrado el bebé, hasta que Ferran y ella se personaron el 7 de octubre del 2019 en el cementerio. Entonces descubrieron que el gemelo no llegó al cementerio hasta tres días después de su muerte. En el registro solo aparece la entrada del “feto varón de Concepción Amador, sin lugar de procedencia. No decía que venía del hospital", cuenta su hermana.
Una corazonada
Explica Puy a Crónica Global que en septiembre de 2017 tuvo "una corazonada tras leer, de manera completamente arbitraria, un artículo de un bebé robado y empiezo a investigar. Contacto con SOS Bebés Madrid y Valencia y me dicen los pasos a seguir: ir al cementerio, ir a la clínica a pedir el historial de mi madre, y poner una denuncia en el Grupo de Menores (GRUME)". Entonces fue cuando en el cementerio les confirmaron que el 8 de julio de 1977 no había llegado ningún bebé fallecido. "Después, en la clínica nos dicen que el historial clínico de mi madre no está porque hubo un incendio y se quemó".
Así, los hermanos decidieron seguir cada uno de los pasos para localizar a su gemelo, que poco después supieron que estaba enterrado en una fosa común. Sin embargo, pronto vendría todo un periplo judicial poco prometedor. El primer revés se lo llevaron al desestimar el Ayuntamiento de Valencia la exhumación de la cajita del bebé. Después, la fiscalía les desestimó el caso, y de ahí, todo ha sido un no parar de negativas.
La justicia "tiene que hacer todo lo posible"
El caso de esta familia llegó a la Fiscalía General del Estado, donde pusieron una denuncia conjunta con 50 supuestas víctimas, de la mano de la Fundación Baltasar Garzón. En esta ocasión, la demanda colectiva fue admitida. Sin embargo, cada caso sería llevado por la Fiscalía Provincial de su respectiva Comunidad Autónoma. Así, al llegar a Valencia, el caso de los Navarro Amador volvió a ser desestimado.
Actualmente, el caso está en el Tribunal Constitucional y, aunque las esperanzas no son muchas, no piensan soltar la toalla. Una vez llegados a este punto, los Navarro Amador habrán agotado todas las vías legales en España, por lo que el siguiente paso sería ir a Europa. "Solo queremos saber la verdad, por justicia".
Busco a mi gemelo
El camino legal parece estar llegando a su fin. Sin embargo, estos hermanos solo quieren saber qué pasó con el gemelo de Ferran. Si está en ese camposanto, asumirán la pérdida, pero vivirán tranquilos sabiendo cuál fue su final. Pero, si todo lo explicado es sorprendente, lo es mucho más que "la idea vino de una amiga de la familia que, sorprendida, un día les dijo que se había encontrado con Ferran por la calle, pero luego resultó que no era él. Imaginemos que está vivo, se dijeron los hermanos. Si realmente estuviera vivo nos encantaría que mi mamá lo conociera y que el muchacho supiera quién es su familia biológica”, dijo Puy al Huffingtonpost, que se hizo eco de su historia el pasado mes de enero.
Así, esta familia busca devolver a Concha todo el amor que siempre les ha dado y "las cosas increíbles que ha hecho a lo largo de su vida, sobre todo, por sus hijos". Por ese motivo, han creado la campaña 'Busco a mi gemelo', a través de una web y diferentes redes sociales, como Instagram. "Nuestra madre está ya muy mayor, llevamos muchos años arrastrando estas sospechas. Buscamos encontrar a su hijo, nuestro hermano, y que por fin puedan conocerse. Si conoces a alguien como Ferran, o tú mismo te pareces a él, contacta con nosotros".