El juzgado de primera instancia 2 de Sabadell, que instruye el caso del asesinato de Helena Jubany en 2001 ha anunciado este martes que los resultados del Instituto Nacional de Toxicología con las comparativas de ADN solicitadas por el juez revelan que no hay conicidencia entre el actual investigado, Xavi Jiménez y la víctima, Helena Jubany .
Así, el juez acuerda la reapertura de las actuaciones con respecto al que fue el primer investigado, y pareja sentimental de la única persona acusada por el crímen Montserrat Careta Herrera, Santi Laiglesia. Ahora, la justicia se centra en Laiglesia, cuyas muestras biológicas serán comparadas con las de la bibliotecaria de 27 años asesinada en Sabadell en 2001.
Se cierra el cerco
Laiglesia, abogado y criminólogo fue, desde el principio, el principal sospechoso del asesinato de Helena Jubany. Sin embargo, el primer juez que llevaba el caso archivó su causa por falta de pruebas. No obstante, fuentes cercanas a la investigación explican a Crónica Global que nunca hubo una intención real de investigar a Laiglesia. Muestra de ello es, por ejemplo, que se descartase del estudio caligráfico y lingüístico que, únicamente se practicó a dos mujeres: Ana Echaguivel y Montse Careta.
Así, sostienen diversos profesionales, la investigación estuvo "plagada de irregularidades" desde el principio y se acusó a Ana Echaguivel y Montserrat Careta del crimen, esta última fue a quien finalmente el juez mantuvo en la prisión de Wad-Ras donde, presuntamente, se acabó quitando la vida en un baño a los dos meses de su encarcelamiento.
El caso
Helena Jubany, periodista y bibliotecaria de profesión, apareció muerta el 2 de diciembre de 2001 en el patio trasero del número 48 de la calle Calvet d’Estrella, en Sabadell. La asesinaron tirándola desde la azotea del mismo edificio en el que vivían Montse Careta y Santi Laiglesia, en el 3º 2ª. El cuerpo estaba desnudo y presentaba varias quemaduras. La autopsia determinó que en el momento en el que la lanzaron al vacío estaba en coma a causa de una sobredosis de benzodiacepinas.
Los investigadores creen que Helena Jubany fue por voluntad propia hasta la calle Calvet d’Estrella el viernes 30 de noviembre por la mañana. Allí, la drogaron con una cantidad 35 veces superior de somníferos a la dosis normal para un adulto --motivo por el que no avisó a su trabajo de que no iría-- y cayó en un estado de sueño profundo hasta la madrugada del 2 de enero, cuando alguien la arrojó desde la azotea. Cabe destacar que el domicilio que compartían Santi y Montse y la terraza desde la que fue arrojada Jubany está separada por un tramo de escaleras y que Montse, además de pesar poco más de 40 kilos, sufría una lesión en la espalda.
Reguero de pistas contra Careta
Quienes conocen a Montserrat Careta la describen como una persona "incapaz de matar", muy introvertida, noble, amante de la naturaleza y sumamente inteligente. Esto último choca frontalmente con el reguero de pistas que la "acusada del crimen" habría dejado en su propia contra en la vivienda que compartía con Santiago Laiglesia.
Una de estas pistas fueron las benzodiacepinas con las que fue drogada Jubany y que, curiosamente también estaban en el piso de Montse y en la botella de zumo de melocotón que recibió Jubany junto a uno de los anónimos que recibió poco antes de morir. El entorno de 'Muntsa' no dudó que esas benzodiacepinas en la mesilla de noche de Montse era, sin duda, “un escenario preparado” para inculparla.
Laiglesia vivía con ella
Una de las obsesiones de Laiglesia fue desmarcarse de su pareja e insistir en que no vivían juntos, algo que desmintieron uno a uno los vecinos del edificio. "Santi vivía en el mismo piso, tenía acceso a las pastillas, estuvo solo allí durante varias horas sin ningún tipo de cerco policial y se libró de ser investigado", afirman fuentes cercanas a Careta a Crónica Global.
De hecho, el administrador de la finca confirmó que Laiglesia vivía ahí desde otoño de 2001, cuando Montse Careta le pidió que le incluyese en el contrato de alquiler. Esta declaración desmonta la versión de la entonces pareja de Muntsa, que siempre mantuvo que no residía ahí.
Sin posibilidad de negativa
El juez considera que es necesario practicar estas nuevas pruebas de ADN a Laiglesia, que en el momento de los hechos era el "único varón" que pasaba largos periodos en el edificio donde se cometió el asesinato.
Santilaiglesia se halla, por tanto, de nuevo investigado a raíz de esta decisión del juez y se someterá en los próximos días a las pruebas de ADN requeridas. En el caso de que se oponga a ello, se obtendrán las muestras por los medios previstos admitidos en derecho, sin su voluntad o consentimiento.