Los animales salvajes, con el jabalí en cabeza, cada vez dan más sustos a los conductores. Su imagen bucólica pastando en un sembrado se tornó el año pasado en tragedia mortal para 12 personas, al interponerse en la calzada, y causaron heridas a otras 1.000 en 600 accidentes. Estos atropellos, según cifras oficiales, se han duplicado desde 2015 con 80 de media al día. La mayoría se producen en vías interurbanas o zonas de montaña y rurales.
Los técnicos de Tráfico han observado un aumento de cerdos salvajes en torno a grandes ciudades como Barcelona y Madrid. Lo atribuyen a su familiarización durante la pandemia, con autovías y avenidas donde acuden en busca alimento o fuentes. Han sido vistos hasta en playas como Denia.
Ya no se asustan
Algunos ejemplares --explican-- han nacido en condiciones urbanas o periurbanas, y no se asustan por la presencia de personas o coches. Se alimentan de basuras o de lo que se les ofrece, y descansan en rincones ajardinados o solares abandonados.
La Federación de Caza de Occitania (Francia) realizó un estudio, denominado Vía Fauna, equipando a seis jabalís con collares GPS para comprobar y comprender mejor sus movimientos en áreas urbanizadas. Uno de ellos sorprendió al atravesar 3.300 carreteras en un solo año. Una media superior a diez vías por noche, lo que demuestra el riesgo de la especie para la circulación.
Los jabalís, seguidos de ciervos, corzos y zorros, protagonizan casi el 50% de estos accidentes, y los más graves. Son la bestia negra de la circulación. Algunos pueden llegar a pesar 100 kilos. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), la distancia de seguridad y la reducción de velocidad son clave. Circulando a 80 km/h --explican-- se dispone de tiempo suficiente para detenerse cuando un animal irrumpe a 60 metros de distancia. Circulando a una velocidad de 100 km/h el impacto es inevitable y violento a 61,1 km/h.
Castilla y León, líder
"Cada vez que paso por una carretera secundaria o convencional voy a la defensiva, más despacio", asegura Luis Muñoz, que sufrió en Soria dos choques con jabalís. Se lo cubrió el seguro a todo riesgo, pero todavía no se le ha ido el susto.
Esta provincia y la comunidad de Castilla y León encabezan el ránking de atropellos. Le siguen Galicia y Cataluña, donde --según los Mossos D’Esquadra-- el año pasado se produjeron 5.482 atropellos, un 25% más que en 2021 y el quíntuple que en 2010.
Más graves y gravosos
Un estudio de Línea Directa, que sabe de repercusiones legales y económicas, cifra en un 71% el aumento de estos accidentes frente al total. Además, son más graves que antes y el doble de gravosos que los normales. El coste medio de las indemnizaciones por daños corporales se elevó un 104% entre 2017 y 2021, mientras que en los comunes solo lo hizo un 13,6%. Las partes más afectadas son parachoques, faros e intermitentes delanteros, aletas y radiadores.
Desde 2014, la responsabilidad legal recae en el conductor. Esto ha provocado que apenas el 6% de estos siniestros sean indemnizados por dueños o responsables de los 20.000 cotos existentes en España. Antes del cambio normativo, los indemnizados alcanzaban el 43%. El conductor solo queda eximido si el accidente es consecuencia directa de una acción de caza colectiva de ese día o 12 horas antes.
Población imparable
El veloz incremento de la población de jabalís, estimada en 1,6 millones de ejemplares (200.000 en Cataluña), aumenta la preocupación de las autoridades. Su único depredador natural, explican los naturalistas, es el lobo y las hembras son capaces de criar dos veces al año a partir de los 12 meses de vida.
Su control provoca controversias con los grupos ecologistas. Faunatura defiende que la caza debe ser el último recurso. Apuesta por la creación de pasos en las zonas donde más transitan y advertir de su presencia en las carreteras.
El Ministerio de Agricultura se lava las manos y trasfiere a las comunidades autónomas la decisión más adecuada. Algunas subvencionan cacerías.
Ceda el paso: jabalís sueltos
Los investigadores en seguridad vial se centran en incrementar las señalizaciones. La típica de fauna silvestre (un ciervo) resulta poco efectiva porque los conductores se acostumbran a pasar mil veces sin ver un animal. La DGT está difundiendo otra con el símbolo del jabalí, para advertir en tramos con una "proporción muy significativa” de ellos.
También se están ensayando detectores, pero solo se activan si pasa el animal. Más efectivos serían los vallados o pasos por debajo de las vías. Pero son costosas y los animales han de acostumbrarse. Parece que no queda otra que conducir más despacio.