La música continúa sonando en la rave que se celebra en un paraje de Sarral, en la comarca de la Conca de Barberà, en Tarragona, donde se concentran unas 700 personas desde el viernes por la noche. Aunque el grueso de los asistentes llegaron ese día, sobre las 22.00, la alcaldesa del municipio Maria Victoria Cañís, asegura que durante la madrugada del domingo se han sumado más participantes “de la comarca y otras zonas de Cataluña”, que han accedido a la zona por caminos rurales para burlar los controles de los Mossos d’Esquadra.
“La primera noche accedieron un centenar de vehículos, mientras que los Mossos bloquearon a otros 200”, ha aclarado en una entrevista en Via Lliure de Rac 1. Por eso, los participantes han buscado rutas alternativas para llegar hasta la fiesta. “Durante la noche han entrado por caminos rurales, veíamos las luces de los coches cruzando la montaña”. No obstante, los organizadores no han logrado reunir a las 7.000 personas a las que hicieron llegar la convocatoria. Aunque se desconoce el número exacto de participantes, el consistorio estima que hay entre 500 y 1.000 personas.
"Preocupación máxima"
Aún así, aclaran, la organización “ha sido a nivel europeo”. La alcaldesa asegura que hasta la rave “ha venido gente de toda Europa: Francia, Italia y Alemania, entre otros”, que ha recibido una invitación para viajar hasta la zona, aunque el lugar concreto no se ha desvelado hasta el último momento. Tampoco lo sabían los Mossos d’Esquadra, que si bien sospechaban que se estaba preparando algún evento en la zona, desconocían la localización concreta.
Finalmente, los organizadores eligieron la zona de Font de l'ermita dels Sants Metges, en Sarral, un lugar de muy difícil acceso y alejado del pueblo. “Hay unas dos horas caminando”, aclara Cañís. Pese a que se trata de un paraje, los vecinos están preocupados porque cerca hay una zona boscosa, una reserva natural y cultivos. “Nos da miedo que hagan fuego u otras actividades que comprometan el entorno”, expresa la alcaldesa. También está relativamente cerca una ermita, querida por los vecinos por ser una obra muy singular. Por eso, cuando se enteraron, “la preocupación fue máxima”.
Dos detenidos
Tanto los vecinos como los Mossos d’Esquadra esperan que la música se apague en las próximas horas y los asistentes empiecen a abandonar la zona. Si bien la noche ha sido tranquila y han comenzado a salir las primeras personas, “aunque pocas”, el grueso de los asistentes siguen de juerga. Por el momento, la policía autonómica ha detenido a dos personas. Una por embestir a un agente con su coche para intentar eludir un control policial y otra por enfrentarse a otro policía. A ambos les atribuyen delitos de atentado contra los agentes de la autoridad.
Hasta que esta reunión multitudinaria se disuelva, la policía catalana ha anunciado que mantendrá los controles tanto en la AP-2 como en otras carreteras del municipio para evitar que lleguen nuevos asistentes y para hacer controles de alcoholemia a aquellos que se retiren.