El expresidente del Palau de la Música Fèlix Millet ha regresado a prisión mientras el juez estudia el recurso de la fiscalía contra el tercer grado que le concedió la Generalitat en noviembre por "enfermedad incurable". Desde hace unas semanas, el principal responsable del caso Palau vivía en una residencia.
Fue el pasado lunes cuando el juez de vigilancia penitenciaria suspendió temporalmente la aplicación del tercer grado y, de hecho, el martes ya ingresó en la cárcel de Brians 2, la misma prisión en la que se encuentra el futbolista Dani Alves, en Sant Esteve Sesrovires (Barcelona). En el caso de Millet, se encuentra en la enfermería de la penitenciaría tras ser trasladado en ambulancia.
Una residencia
Millet ingresó en una residencia con asistencia médica a mediados de enero desde el Hospital Penitenciario de Terrassa (Barcelona). En todo caso, en noviembre del 2022 se le concedió el tercer grado por "enfermedad incurable", una opción que prevé el reglamento penitenciario para presos con enfermedades muy graves independientemente de otras variables.
El expresidente del Palau fue condenado hace cinco años a nueve años y ocho meses de prisión y a una multa de 4,12 millones de euros por los delitos de malversación de caudales públicos, apropiación indebida, delito continuado de falsedad contable, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y delito contra Hacienda en el conocido como caso Palau, de desfalco de la entidad cultural.
Más causas abiertas
El Tribunal Supremo ratificó esa condena en 2020, pero Millet solo cumplió dos años y cuatro meses de cárcel, dado que la Generalitat le otorgó el tercer grado, aunque la fiscalía recurrió esa medida. Es en este escenario en el que hay que enmarcar su regreso a prisión a la espera de lo que decida el juez.
En paralelo, Millet está siendo investigado como presunto autor de un delito de malversación de fondos públicos por un juzgado de Granollers por la desaparición de varios objetos de valor de su casa de L’Ametlla, que habían sido embargados por la justicia para resarcir la cantidad expoliada y de los que el expresidente del Palau de la Música no podía disponer. Además, ha tenido que declarar por el posible alquiler de propiedades embargadas.