Carme Aragonès y Jordi Masnou, los dos concejales del PSC de Pineda de Mar acusados de coaccionar al gerente de dos hoteles de la localidad para expulsar a 500 policías nacionales al día siguiente de la celebración del referéndum ilegal de 2017, han reconocido que no actuaron de la forma correcta. “Fue un fallo no acudir a la Policía Nacional, ni lo pensamos”, ha expresado visiblemente afectada la ex teniente de alcalde Carme Aragonès.
“Se nos fue de las manos” ha añadido durante su declaración el ex segundo teniente de alcalde Jordi Masnou frente al juez, que ha admitido que durante la reunión con el responsable sí “se hizo mención a que las irregularidades en la licencia podrían comportar el cierre de los hoteles”. Sin embargo, Masnou mantiene que el comentario no se realizó con la intención de amenazar ni al director ni al gerente, sino como un recordatorio. "Le recordé que había un hotel que tenía problemas", ha matizado Aragonès.
Salió a relucir la licencia del hotel
Los concejales, que han reconocido los hechos que se exponen en el escrito de acusación de la fiscalía y han aceptado un año de prisión, han asegurado que fueron al hotel de motu proprio. Lo hicieron para "bajar el soufflé", tal como ha recordado el jefe de la Policía Local Carles Santandreu (también imputado) dado que en la plaza se estaba celebrando una manifestación organizada por partidos y entidades independentistas y el clima en la localidad era "muy tenso".
Aunque los ediles niegan que coaccionaran o amenazaran al director de los hoteles, con quien mantuvieron una reunión que no estaba acordada, sí reconocen que salió a relucir en la tensa conversación una presunta irregularidad en la licencia de los hoteles cuya adecuación “podía comportar cinco años y podía derivar en el cierre de los hoteles”, ha reconocido Masnou. “No exigimos nada, dijimos que había una situación complicada. No amenazamos, dijimos: ‘¿Qué podemos hacer?'”, ha declarado Aragonès, quien ha expresado que sus declaraciones ante la prensa, en las que se jactaba de "echar" a los policías, “fueron muy desafortunadas”
Niega su intervención en la reunión
Por su parte, el jefe de la Policía Local Carles Santacreu, el único que no ha llegado a un pacto con la fiscalía ni ha reconocido los hechos y que se enfrenta a dos años y medio de prisión e inhabilitación, se ha negado a responder a las preguntas del ministerio público. El jefe de la policía local ha negado que hiciera contravigilancias a los compañeros de la Policía Nacional hospedados en Pineda de Mar, después de que varios agentes lo hayan acusado de “merodear” por el hotel. También ha negado que fuera armado o que hiciera ostentación de su cargo para intimidar al hotelero.
Asegura que siempre se ocupó de las necesidades de los agentes del cuerpo y que si acudió a la reunión es porque los concejales se lo pidieron, debido al revuelo que se había causado en el pueblo tras las cargas policiales del día anterior. En la misma línea, Masnou ha confirmado que Santacreu les abrió paso desde la plaza, donde fueron increpados, hasta el hotel. El clima era tan tenso que el jefe de la Policía Local ha subrayado que avisó a los Mossos d’Esquadra para que valoraran la situación y enviaran a unidades de seguridad ciudadana.
Situación tensa
Sobre la reunión que mantuvieron el jefe de la Policía Local y los tres concejales del PSC --la tercera, Mónica Palacín, no está imputada-- con el director de los dos hoteles, en la que se produjo una llamada al gerente de la cadena, todos aseguran que ni Santacreu ni Palacín intervinieron. Palacín, que ha declarado como testigo, ha recordado que la situación era tan tensa que ni siquiera levantó la mirada del suelo. Cinco años después de los hechos los concejales imputados achacan el error en su proceder a la situación límite que se vivió en Cataluña durante los días de mayor efervescencia del procés.