La Jefatura Superior de Policía de Cataluña, emplazada en el número 43 de la Vía Laietana de Barcelona, vuelve a estar en el blanco del independentismo catalán, después de que la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, haya anunciado que ha iniciado “contactos” para cerrarla antes de que finalice la legislatura. En este contexto, los sindicatos policiales temen que, entre las concesiones del Gobierno central a ERC (que incluyen la derogación de la sedición y la reforma de la malversación), esté también la clausura de esta comisaría.
Ubasart justifica la expulsión de la Policía Nacional de Laietana alegando que el edificio, propiedad del Estado, fue escenario de torturas policiales durante la época franquista. La intención de la consellera, que coloca la “resignificación" de este espacio como uno de los objetivos del departamento que dirige, ha desatado la indignación de los sindicatos policiales, que mantienen que “ya se ha resignificado” y que se trata de una artimañana más por parte de los independentistas para tratar de expulsarlos.
“Ya se ha resignificado”
“Las declaraciones de la consellera confirman la obsesión enfermiza del nacionalismo catalán, que convierte un edificio en el eje de sus prioridades políticas”, denuncia Rocío Caballero, secretaria general de la Confederación Española de Policía (CEP) en Cataluña. En la misma línea, recuerda que la Jefatura es hoy la sede de “una institución plenamente democrática, con hombres y mujeres que protegen la seguridad de todos los catalanes, sin distinción alguna”, por lo que la resignificación del espacio, a su parecer, no está justificada.
En la misma línea, Marcos Veiras, secretario general del sindicato JUPOL en Cataluña, expresa que los agentes que trabajan en la Vía Laietana “ya nacieron en democracia”. En este sentido, Caballero subraya que, además de que los policías no tienen nada que ver con la época franquista, “ni saben ni entienden de sectarismos, odios y obsesiones, que es el terreno habitual en el que se mueve el Gobierno de la Generalitat, por desgracia”. “No tenemos absolutamente nada que ver con la policía franquista, pero es que ni siquiera somos el mismo cuerpo”, recuerda también Carlos Morales, portavoz nacional del sindicato SUP, en palabras similares a las pronunciadas por los otros portavoces consultados.
Sensación de total abandono
Todos ellos coinciden en que la Jefatura se ha convertido en uno de los objetivos de independentismo. “La han tomado como un símbolo de represión, cuando somos una policía democrática”, defiende Morales. Los líderes independentistas, continúa Veiras, se centran en la Jefatura para “atacar al Estado de manera simbólica". Además, incide en que los discursos de estos partidos promueven ataques por parte de un sector radical de la ciudadanía al que es hasta hoy el centro neurálgico del cuerpo policial en Cataluña. “No nos quieren aquí”, añade. “El nacionalismo necesita enemigos y en el colmo del ridículo político han convertido un edificio en el centro de sus ataques a una institución del Estado, como es la Policía Nacional”, apostilla Caballero.
La sensación de desamparo por parte del Gobierno central es generalizada desde 2017; entonces gobernaba el PP, pero hoy lo hacen PSOE y Unidas Podemos. La hostilidad vivida en las calles de Barcelona, los discursos de los partidarios del secesionismo y el hecho de que el Ejecutivo no reconozca Cataluña como zona de especial singularidad --una de las peticiones de los agentes-- ha motivado la “expulsión paulatina y silenciosa” tanto de la Policía Nacional como de de la Guardia Civil. “Los policías vienen un año y se van, porque el sentimiento es de total abandono”, expresa Veiras, que recuerda el infierno sufrido tras el procés. “Los CDR del Eixample descubrieron que soy policía y me tuve que ir de mi casa. Me increpaban por la calle. La situación llegó a tal punto que, cuando los compañeros de trabajo de mi mujer se enteraron de que yo era policía, la expulsaron del grupo de whatsapp", narra.
"Iremos a los tribunales"
Con este panorama, los sindicatos lamentan la falta de protección y temen que el Gobierno ceda ante las exigencias de ERC. “Vista la trayectoria del Gobierno en los últimos años, no esperamos nada por su parte. Podría ser una concesión más a los independentistas”, vaticina Veiras. “Sabemos que existe una posibilidad de que se lo concedan”, desliza. Si eso sucede, anuncia, acudirán a los tribunales si es que hay viabilidad jurídica, como hicieron con el reparto de las vacunas.
En la misma línea Morales pide que se paralice el cierre anunciado por Ubasart y advierte al Ministerio del Interior de que, en caso de ceder, se movilizarán y les encontrarán "enfrente”. Insiste en que la comisaría se encuentra en una ubicación estratégica e idónea para cumplir con las funciones que realiza, entre las que se encuentra la coordinación de competencias exclusivas del Estado en Cataluña, como son documentación y extranjería, que no pueden ser transferidas a ningún otro cuerpo policial.
CEP a Ubasart: "Póngase a trabajar"
Pese a la presión del independentismo, la Policía Nacional no tiene ninguna intención de abandonar Cataluña. Alegan que se quedarán para defender un modelo de seguridad moderno, eficaz y centrado en las personas. “En eso es en lo que debería estar la Generalitat y no en desatender sus obligaciones y dedicarse a buscar enemigos en donde no los hay. A la consellera solo podemos decirle una cosa: póngase a trabajar en lo que de verdad necesitan los catalanes, que es una Administración eficaz en la sanidad, la educación, la seguridad, las comunicaciones y el desarrollo económico”, zanja Caballero.