Las movilizaciones convocadas por los sanitarios de atención primaria en la Comunidad de Madrid se han extendido a otras autonomías, donde algunos parámetros de la sanidad pública son incluso peores que en la capital. Es el caso de Cataluña, donde los pacientes aguardan un 18% más de tiempo en lista de espera que los de la región que dirige Isabel Díaz Ayuso.
Lo demuestran los datos públicos del Ministerio de Sanidad y Consumo para los últimos cinco años, de 2017 hasta junio de 2022, a falta de los datos de diciembre. Según estas estadísticas, el tiempo medio en lista de espera en Cataluña es de 62 días, por solo 51 días en la Comunidad de Madrid.
Las cirugías importantes, también peor
Más grave si cabe, el tiempo en lista de espera para procesos seleccionados en la sanidad pública catalana es mucho mayor que en Madrid. Según los datos del ministerio de Carolina Darias (PSOE), los pacientes catalanes esperan una media de 121 días para someterse a una de las cirugías consideradas prioritarias.
Por el contrario, en Madrid la demora media es de 67 días, o el 44% menos que en Cataluña. Cabe recordar que las operaciones con tiempo garantizado son aquellas que revisten de importancia, según un decreto de 2011. Se trata, de forma principal, de las cirugías coronarias, las cataratas o las prótesis de rodilla o cadera.
Más pacientes con más de 60 días y seis meses
Cataluña presenta otros dos datos muy negativos en la eficiencia sanitaria de su circuito quirúrgico. La región tiene muchos más pacientes en lista de espera de operaciones prioritarias con más de 60 días y también muchas más personas en lista de espera durante más de 180 días (seis meses). Son el 20,1% y el 25,6%, respectivamente.
En otras palabras: uno de cada cinco enfermos de operaciones importantes espera más de dos meses. Uno de cada cuatro pacientes que aguarda cirugía general tiene que esperar más de seis meses. Estas dos cifras son mucho menores en la Comunidad de Madrid. Allí solo el 5,9% de los pacientes entra en quirófano por un problema serio tras más de 60 días. Y solo el 5,4% espera más de medio año una cirugía no prioritaria.
Esperas más largas para el especialista
Pero es que la lista de espera en Cataluña se sobrecarga mucho más que en Madrid al inicio del diagnóstico. Según los datos del Ministerio de Sanidad, la espera media para la primera visita al especialista era de 82 días de media en junio, algo que se viene repitiendo desde hace cinco años. Por el contrario, la misma demora media en Madrid era de 51 días a final del primer semestre de este año.
Con ello, los tiempos para acabar entrando en quirófano en la sanidad pública catalana ya se alargan desde el inicio: en la fase diagnóstica, antes incluso de visitar al cirujano y al anestesista.
Madrid, solo peor en los días de espera diagnóstica
En el terreno de las esperas, Madrid solo tiene un dato sanitario más negativo que Cataluña. Es el porcentaje de pacientes que aguarda más de 60 días para ver a un especialista tras visitar a su médico de cabecera. En la comunidad capitalina son el 69,1%, por el 25,9% en la catalana.
Eso sí, según la serie histórica, ambas comunidades quedaron a la par en 2019, cuando Madrid recortó el número de listas largas de esperas para el especialista hasta cerca del 25%, el nivel histórico que presenta Cataluña, pero desde el año pandémico la diferencia ha crecido.
El papel de la sanidad privada
Preguntados por las diferencias entre las dos principales autonomías de España, incluso los pro sanidad pública admiten que la sanidad privada en Madrid juega un papel de apoyo en las listas de espera sanitarias. Lo explican desde la Asociación El Defensor del Paciente, que atribuye la brecha entre las dos regiones a “las derivaciones a la sanidad privada”, así como a “criterios distintos en los recuentos”.
Por su parte, desde la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) alertan de que “todos los territorios están bastante mal” en términos generales, con la atención primaria en Cataluña “arrojando cifras muy malas”. Eso sí, también piden cotejar los datos que comunica cada autonomía al Ministerio de Sanidad para evitar “manipulaciones”.