La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es la tercera causa de muerte en el mundo. En 2019, provocó el fallecimiento de 3,23 millones de personas. En España se estima que cada año mueren alrededor de 18.000 ciudadanos por esta dolencia, que obstaculiza el paso del aire a través de los pulmones.
El principal factor de riesgo para padecer EPOC es el tabaquismo. De hecho, el 90% de los pacientes con esta afección son fumadores o exfumadores. Pese a que es una enfermedad propia de los adultos, algunos estudios ya apuntan a que algunas alteraciones en el desarrollo en la infancia pueden llegar a provocar hasta el 50% de los casos.
Los problemas pulmonares por prematuridad
“Existen algunas patologías en la infancia que condicionan un daño pulmonar, como es la displasia broncopulmonar asociada a la prematuridad, que pudieran relacionarse con EPOC en la edad adulta”, señala la doctora Verónica Sanz, coordinadora del área de neumología pediátrica de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica).
El asma, que se origina habitualmente en la niñez, es otro de los factores de riesgo para desarrollar EPOC. Si al asma le sumamos el tabaco, ya tenemos una gran bomba de relojería. “Los adolescentes asmáticos que fuman tienen un peor control de su enfermedad y tienen altísimas posibilidades de acabar padeciendo EPOC”, sostiene esta médico experta en neumología pediátrica.
Tabaquismo pasivo, ¿causante de EPOC?
Aunque todavía no hay estudios que relacionen el tabaquismo pasivo en la infancia con el desarrollo de esta enfermedad pulmonar, “este empeora el control y la calidad de vida de las patologías respiratorias crónicas, como por ejemplo el asma”, apunta la Sanz.
Algo que nos debe hacer reflexionar, continúa, “es que, en muchas ocasiones, las parejas de fumadores, sin haber fumado un cigarro en su vida, acaban desarrollando una EPOC”.
E-cigarrillos y vapeo
Los e-cigarrillos y el vapeo, al contrario de lo que muchos creen, no son inofensivos y, por tanto, su consumo delante de niños, consideran desde SEPAR, “probablemente produzca un efecto similar al del tabaquismo pasivo clásico”. Y es que en adolescentes con asma que vapean, explica la misma fuente, se ha probado un empeoramiento del asma, similar al que se padece cuando fuman tabaco.
La coordinadora del área de neumología pediátrica de SEPAR lamenta que, a pesar de toda la información disponible y las campañas constantes en contra del tabaquismo, muchos padres y madres fumadores todavía no son conscientes de las consecuencias que este consumo tiene sobre sus hijos. “La mayoría solo reconoce fumar en la terraza, y lo comentan como si eso no fuera perjudicial. No son conscientes de que la nicotina y resto de productos del tabaco se quedan adheridos la ropa y que sus hijos los inhalan cuando los abrazan o están muy cerca de ellos”, concluye.