En naves industriales y pendientes las 24 horas del sistema de videovigilancia. Así vivían los siete “jardineros” detenidos en dos plantaciones de marihuana en Sant Carles de la Rapita y L’Aldea, en el Baix Ebre (Tarragona).
La Policía Nacional los detuvo en dos naves industriales. Todos los arrestados son “jardineros” de los cultivos, personas que ocupan el último eslabón de la organización criminal y que en la mayor parte de los casos no conocen físicamente a los responsables, para imposibilitar que, en caso de ser detenidos, la policía pueda localizar a los cabecillas.
No salen de las naves
Los detenidos son personas captadas en su país de origen por las mafias de la marihuana y que, a cambio de un sueldo mensual que oscila entre los 1.500 y los 3.000 euros, se trasladan a España para ocuparse de los cultivos indoor.
Según ha explicado la Policía Nacional en un comunicado, los “jardineros” prácticamente no salen nunca de las naves. Allí las mafias les habilitan un lugar para dormir y comer. Deben controlar y supervisar todos los sistemas de la plantación para cerciorarse de que la planta sigue un buen ritmo de crecimiento. También deben ocuparse de revisar el sofisticado sistema de cámaras con el que suelen contar estas plantaciones, que permite tener una visión del exterior para evitar vuelcos de otros grupos criminales y que además les permite ver la llegada de la policía.
Siete detenciones y 1.200 plantas
En la última operación la Policía Nacional han desmantelado dos plantaciones indoor de marihuana en Sant Carles de la Rapita y L’Aldea, en la provincia de Tarragona. Los agentes aprehendieron 1.200 plantas y efectuaron siete detenciones en dos fases.
En la primera se desmanteló una plantación de marihuana en el interior de una nave industrial de Sant Carles de la Ràpita de casi 2.000 metros cuadrados de capacidad. La nave llevaba dos años operativa y los investigadores estiman que ha producido unas 20.000 plantas anuales. En el registro se aprehendieron 30 kilogramos de cannabis, 737 plantas y se intervinieron 1.200 euros en efectivo. Allí se realizaron cinco detenciones, todos ellos varones de nacionalidad albanesa.
Preparaban la cosecha
En la segunda y última fase se localizó otra nave de 500 metros cuadrados en l’Aldea, en la que los investigadores decomisaron 500 plantas de marihuana en avanzado estado de floración. En esta segunda nave detuvieron a dos varones albaneses.
Además del cannabis la policía se incautó de utensilios y aparatos de climatización, entre los cuales se encontraban lámparas, ventiladores, extractores de aire, filtros, estaciones meteorológicas para control de temperatura, así como productos de jardinería como semillas y fertilizantes.